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Contenido adulto 🔞

Eran las seis cincuenta y ya estaba lista esperando a vinieran por mí. Me había puesto un pantalón negro, un suéter rosa pálido cuello alto junto con mis botines cortos del mismo color y encima una cazadora negra.

Estaba emocionada pensando en cuál sería su plan para esta noche. Tenía miles de ideas que podrían haber pensado. Por su carta todo sería sencillo y eso me entusiasmaba más. Ellos no eran de cosas sencillas y tampoco estaban acostumbrados a ellas por lo que imagino su esfuerzo tratando de que todo lo fuera. No me hubiera quejado si todo hubiera sido lo contrario porque al fin de cuentas, ellos se habrían esforzado en hacer una noche especial para mí.

Suspiro y paso mi mano por quinta vez sobre mi cabello. Estaba muy nerviosa no sabía que esperar.

Escucho unos golpes en mi puerta y siento como mi emoción aumenta. Voy rápidamente hacia la puerta esperando a ver a uno de mis hombres pero al ver a un hombre desconocido me decepciono.

-¿Abigail Russell? - Asiento ante su pregunta. - Los señores Dankworth me ordenaron buscarla y llevarla a un lugar.

Tomo mi teléfono, llaves y mi regalo que es lo único que llevaría conmigo y salgo cerrando la puerta. Empiezo a caminar tras el señor de nombre desconocido con mis nervios comiendo cada parte de mí.

Cuando salimos del edificio me encuentro con un Range Rover que reconozco como el de Magnus. A el le gustaban los autos grandes.

El hombre desconocido abre una de las puertas de atrás para mí y entro. Cuando el se encuentra tras el volante empieza a conducir. No pregunté a donde íbamos por que no sabía si era sorpresa y si no lo era no quería saberlo hasta estar ahí. Quería vivir esta emoción.

Llegamos al destino que resultó ser su casa. No me moleste, mientras más íntimo fuera todo sería perfecto.

-Entre a la casa, señorita.

-Gracias.

Bajo y camino hacia la casa. No entiendo por qué estaba tan nerviosa que mis manos temblaban ligeramente. Cuando llegue a la puerta extiendo mi mano y giro el picaporte.
Me recibió una oscuridad ligeramente alumbrada por unas velas en el suelo que acompañaban a un camino de pétalos de rosas.

Mis ojos se inundaron de lágrimas al ver aquel camino. Esto era tan cliché pero tan bonito y era para mí, solamente para mí.

Empiezo a seguir el camino y este atraviesa la casa hasta llegar al patio en donde sigue. Seguí el camino hasta que llegue al invernadero. La puerta estaba entre abierta así que la empujo y me sorprendo al ver lo que había en el otro lado; una mesa en el medio de todas esas plantas y flores, decorada elegantemente. Todo era tan bonito con velas iluminando el lugar dándole el aire romántico.

Estaba tan emocionada por aquella decoración que me sobresalte al sentir unos brazos rodeandome.

-Felíz primer mes, muñequita. - La voz de Malcolm en mi oído hace que mi sentimentalismo apareciera nuevamente.

Entre sus brazos di la vuelta y lo abrace con fuerza mientras unas pequeñas lágrimas caían de mis ojos. El me me apretó con fuerza sobre su pecho y beso mi cabeza.

Me separé de el y busco a mi Rey Supremo a quien encuentro a su lado y me lanzo también a sus brazos. El me rodea con sus gigantes y musculosos brazos haciéndome sentir más pequeña de lo que ya soy.

Cuando ya lo había abrazado lo suficiente me separo y le sonrió a los dos.

-Me encanta. - Digo viendo a mi alrededor.

Dankworth [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora