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Sentía una punzada, dos, tres. Me quejo y me remuevo en la superficie blanda en la que estaba.

¿Qué había pasado? ¿Los chicos me habían ido a buscar? ¿Tanto me emborrache?

Escucho un quejido y dejo de moverme. Ese no era Magnus y tampoco Malcolm. Mi corazón empezó a acelerarse.

Abrí mis ojos y parpadeo por la luz. Otra  punzada en mi cabeza me hizo quejarme de nuevo ¿Qué carajos había pasado?

Con dificultad me siento en lo que al parecer es una cama y la sábana cayó de mi cuerpo revelando mis senos desnudos. La tomo rápidamente y me cubro. Empecé a temblar y mis ojos se inundaron de lágrimas. Con miedo volteó a mi lado. Connor.

El abre los ojos desorientados y voltea hacía a mi para luego levantarse de golpe haciéndolo marearse. Abro mis ojos como platos y grito al ver que está desnudo.

—¿Pero que... — La puerta se abre de golpe y cuando volteó hacia ella mi mundo se vino abajo.

Magnus y Malcolm.

Mis lágrimas empiezan a caer al verlos y solo podía pensar en ¿Cómo rayos había llegado aquí?

Malcolm empieza a aplaudir y una sonrisa sarcástica aparece en sus labios.

—¡Bravo, Abigail! ¡Te aplaudo! ¡Por que resultaste ser una maldita zorra y aparte drogadicta! — Abro mis ojos con fuerza y dirijo mi mirada hacia donde el está viendo.

Y me rompo. Me rompo al ver el polvo blanco en la mesa y los recuerdos empezaron a llegar a mí de nuevo.

No. No. No.

No otra vez, por favor. No otra vez. Estoy soñando, estoy soñando. Es una pesadilla.

No podía hablar. Estaba paralizada viendo ese maldito polvo blanco que solo me traía recuerdos.

Imágenes empiezan a pasar por mi mente como flashes. Sander dándome la cerveza. Sander embriagandome. Sander prometiendo cuidar de mí. El vídeo. La habitación al otro día de la fiesta...

No podía respirar. La respiración me faltaba.  Los recuerdos me estaban ahogando. Podía escucharme decir en la lejanía "no". No me sentía yo. No estaba en mi cuerpo. Sabía lo que me pasaba pero no podía hacer nada. Hannah no estaba aquí conmigo, ella no lo estaba. Cierro los ojos y trato de pensar en cosas bonitas pero solo el aparecía en mi mente, solo él... Y sus amigos.

Escucho como alguien grita mi nombre pero yo solo intento respirar ¡Iba a morir! Siento que me sacuden pero yo necesitaba aire, era lo único que necesitaba.

Sander.

Sander.

Sander.

No. No más.

Tomo las sábanas con fuerza y me separo con brusquedad de quién me agarraba.

No más.

Mi cuerpo cae al suelo.

El no volverá a hundirme.

Empiezo a respirar.

El no estará en mi presente.

Siento mi corazón acelerado y mi cuerpo sudado y tembloroso. Lágrimas corren por mis mejillas y es ahí que mi mente vuelve a su normalidad.

Alzó mi rostro y me encuentro con las miradas hostiles de ellos. Mis hombres, mi todo. Volteo y me encuentro a Connor quien tenía cara de asustado.

—¿Qu-que p-paso? —Mi voz estaba rasposa.

—No lo sé. — Es su respuesta.

—¿Ya terminaste tu show barato? — La potente voz de Magnus me hace encojer del miedo. — Casi te creo, Russell. Casi. Pero fuí inteligente y me lo espere. Por que lo esperaba, Abigail. Después de Eslovenia, lo esperaba.

Dankworth [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora