Capítulo 6 - Molesta y deprimente discordia

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Saint llegó corriendo a la universidad. La casa de Perth quedaba mucho más lejos de la escuela que la suya. Y si su jefe se hubiera dignado a decirle que no lo llevaría esa mañana, no hubiera tenido la creencia de que llegaría temprano a sus clases.

El chico apretó los ojos con enfado, llevándose las manos a las rodillas para tomar varias bocanadas de aire cuando se detuvo frente a las puertas del edificio. Faltaban sólo tres minutos para que las clases comenzaran, y se echó de nuevo a correr cuando sintió que el oxígeno llegaba mejor a sus pulmones aunque le quemara por dentro.

—¿Qué te pasó? Nunca llegas tarde.

Mencionó su amigo Plan mientras ambos ocupaban una mesa en la cafetería.

—Bueno... la verdad es que... me quedé dormido...

Dijo Saint, con una sonrisa en el rostro tan falsa como lo era su compromiso con Perth.

—¿En serio? Ha de ser un poco duro ser el asistente personal de Perth.

—Mmh... Sí, así es...

Respondió el chico, tomando sus palillos para empezar a comer, y deseando que esa conversación terminara pronto. No le apetecía para nada hablar del insensible y poco cortés de su jefe.

—Escuché a mi hermana decir que Perth es un encanto de persona.

Dijo Plan, y Saint sintió que la comida se le atoraba de pronto en la garganta.

—Dijo que es amable y muy bien educado. Además de que dona varios millones de bahts al año a varias fundaciones.

Saint tragó como pudo la comida que tenía en el gaznate y tomó el vaso de agua que había frente a él para beber un sorbo.

—Bueno, pero eso me lo puedes decir tú con más detalles ¿no es cierto?

—Eh... yo...

Saint le sostuvo la mirada a su amigo por varios segundos mientras los latidos de su corazón se agitaban. Estaba nervioso, Plan era su mejor amigo, pero la situación y la razón por las que estaba con Perth no podía comentarlas con nadie, ni siquiera con él, y estas eran muy diferentes de lo que su amigo se imaginaba. Además, ¿cómo era posible que las personas pensaran eso de su jefe? ¿Amable? ¡Sí, claro! Sobre todo cuando le ordenaba las cosas y ni siquiera se lo pedía "por favor".

Perth era un idiota. Un completo cabeza dura y...

—¡Oh, de acuerdo! Estoy seguro que no puedes decir nada de la vida de tu jefe. Es una persona muy importante.

—Sí... lo siento amigo...

Plan le sonrió y Saint le correspondió el gesto, más tranquilo por haber dejado el tema de lado. Aunque no se explicaba por qué su corazón había acelerado tanto sus latidos con sólo pensar en el idiota de su jefe.

Perth era irritante, malhumorado, engreído, fastidioso, grosero... Saint suspiró, y después se mordió con suavidad el labio inferior... Su jefe era todo eso y... también... también... era apuesto como el infierno...

Saint salió de sus clases y tomó el transporte público. Bajó en la esquina que le había indicado Perth y observó el reloj en su viejo celular. Faltaban cinco minutos para las cuatro. Suspiró, relajado, había llegado antes que su jefe y en esa ocasión no lo reprendería por dejarlo esperando. Fijó su vista en la calle, poniéndole atención a los vehículos que transitaban, y de pronto sus piernas empezaron a temblarle y su corazón comenzó a bombear más rápido su sangre cuando vio el auto de Perth acercarse.

El Contrato - PinSon [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora