Mi Mejor Casualidad - Flamantha

28. ¿Estás bien?

Narra Flavio

Estaba en mi casa tirado en la cama sin hacer prácticamente nada.

Todavía estaba mal por lo que había hecho anteriormente así que fui a darme una ducha para despejarme un poco.

Cogí el altavoz y puse música mientras, ya había salido de la ducha cuando empezó a sonar esa canción, Mía, la que tantas veces había escuchado cantar a la rubia.

Eso hizo acordarme de ella, y los pocos pero grandes momentos con Samantha vinieron a mi, por lo que me puse a llorar.

Después de un rato cogí el móvil para quitar ya la música, en ese momento me di cuenta de que tenía varias llamadas perdidas de la rubia.

¿Le habría pasado algo?, esa pregunta no hacia más que dar vueltas por mi cabeza.

En ese momento me llamó Marina.

- ¿Que quieres? - pregunté borde

- Es Sam

- ¿Qué?, ¿qué ha pasado?

- Ven, está en la ambulancia, enfrente de su casa

- Ahora voy

En ese momento me puse nervioso, todo era culpa mía, todo, si yo no hubiera besado a Marina no se hubiera enfadado conmigo, por lo que no habría pasado nada.

Me puse lo primero que encontré en el armario y me dirigí hacia su casa.

Estaba llegando y vi al fondo de la calle la ambulancia, por lo que fui corriendo hacia esta, al lado estaba Marina.

- Hola - la saludé - ¿está bien?

- No lo sé, no me han dejado entrar

En ese momento salió una persona de la ambulancia.

- Perdona, ¿eres Flavio? - me preguntó

- Si, ¿por?

- Samantha quiere hablar contigo - me dijo y se apartó para dejarme pasar

Yo me quedé quieto sin saber que hacer.

- ¿Entras? - me preguntó

- Si, si

Entré lentamente al interior de la ambulancia y la vi echada en la camilla.

- ¿Flavio? - preguntó

- Si, soy yo

- Ven - dijo mientras sacaba la mano para que la cogiera

- ¿Estas bien? - le pregunté

- Si ya estoy mejor - me dijo - y contigo aquí más todavía - se me escapó una pequeña sonrisa

- ¿Que ha pasado?

- Me encontraba mal, te llamé pero no me lo cogiste y me acabé desmayando

- Lo siento, no era mi intención, pero es que no...

- Tranquilo, no pasa nada - me cortó

La rubia me miraba tranquila, no sé porque, pero era como si yo le hubiera proporcionado esa calma.

- Sabes, siento mucho lo que hice ayer, no debí hablarte así, de verdad

- Es normal, si hubiera sido al revés yo hubiera hecho lo mismo probablemente

- Acércate - me dijo y me acerqué a ella - más - nuestras caras quedaron a escasos centímetros - te perdono

En ese momento la rubia juntó sus labios con los míos en un pequeño pero tierno beso.

- Gracias - le dije - te prometo que no volveré a hacer algo así, de verdad

- Vale

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Hola,
Bueno dramita casi arreglado.

Muchas gracias por el 6k en lecturas.

Mañana más.