Mi Mejor Casualidad - Flamantha

13. ¿Me gustas?

Narra Flavio

Era ya el día siguiente, estaba en casa de Samantha, ella dormía plácidamente usando mi pecho de almohada.

Le había costado mucho dormirse el día anterior y estaba muy cansada.

Eran las once y media y procedí a despertarla.

- Sam - susurré para no asustarla - es hora de levantarse

- No quiero

- Venga que son las once y media - dije jugando con su pelo

- Voy - después de decir esa palabra se separó de mi y se sentó en la cama - Buenos días

- Vaya cara de recién levantada que tienes - dije acariciándole el moflete, ella sonrió

Puede ser que me estuviera enamorando de ella, un poco.

- ¿Quieres desayunar? - le pregunté y ella asintió

Se levantó de la cama y fue hacia la cocina, yo la seguí.

- ¿Quieres un café? - me preguntó

- Si, pero ya me lo preparo yo tranquila

- Vale

- ¿Te preparo a tí otro? - le pregunté

- Si, pero descafeinado que sino no hay quien me soporte

- Vale - me reí

Desayunamos los dos tranquilamente sentado uno enfrente del otro.

- En un rato me tengo que ir - le dije

- Tranquilo, yo también, voy a ir a ver a mi hermana a casa de mis padres

- Te puedo llevar si quieres

- Vale

Me cambié, ya que tenía puesto un chándal que me había dejado ella y esperé a que Samantha estuviera lista.

- Ya estoy - dijo apareciendo en el salón

Llevaba un vestido ajustado negro y unos zapatos azul celeste, llevaba su precioso pelo rubio atado en una pequeña coleta.

- Pues vamos - le dije

Samantha abrió la puerta y los dos salimos de su piso en dirección a mi coche.

- ¿Cuál es tu coche? - me preguntó

- Ese - le respondí señalando un Ford rojo

Llegamos al coche y me senté en el asiento del conductor, Samantha se sentó en el que quedaba libre delante.

- ¿La dirección? - le pregunté

- Ah si, toma - dijo poniendo el Google Maps en mi móvil

- Gracias, bueno, vamos

- ¿Puedo por música? - me preguntó

- Claro, pon lo que quieras, puedes conectar el móvil si quieres

- Vale

Aunque estaba conduciendo de reojo la veía concentrada buscando la canción perfecta para poner.

- Voy a poner esta, igual te suena porque la canté ayer en el concierto, se llama Mía, es de Belén Aguilera - me explicó

Conectó el móvil y la canción empezó a sonar, al principio no me acordaba cual era, pero finalmente me di cuenta de que era la canción que me había gustado mucho.

En el estribillo empezó a cantarla por encima.

- "Los días, en los que el reflejo del espejo me dolía, en los que contigo como arma me protegía, en los que creía que el amor me salvaría" - cantó

Después de tres o cuatro canciones más llegamos a la casa de sus padres, en la cuál se encontraba su hermana.

- Ya estamos - le dije

- Muchas gracias por traerme y por todo lo que estas haciendo por mi, de verdad

En ese momento la miré a los ojos, ella también hizo lo mismo.

No sé porque pero sentí un impulso, la necesidad de besarla, no sabía que hacer, hasta que lentamente empecé a acercar mi cara a la suya, ella seguía igual, concentrada mirándome a los ojos.

Dudé por unos segundos si besarla o no, pero finalmente junté mis labios con los suyos en un pequeño beso.

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Hola,
Uys que se han comido la boca.

Mañana más.