Sólo entre gatos (Kuroo x Yaku)

Capítulo 13

Narra Yaku

El día de la kermés había llegado. Desde que Kuroo me mandó a este lugar, tuve que aprender el habla con las personas, mi timbre de voz, cómo usar las extensiones si se me caían...

¡Hasta tenía que aprender a usar los tacones! ¡Por Dios santo! Casi me rompo el tobillo por utilizar esas cosas.

– Ya... Ya llegué – tuve que hacer casi casi un maratón para que los demás no me preguntaran nada. Estaba muy cansado. Me aferré en el vestido – Ya estoy cambiado...

– ¡¡OH POR DIOS!! – gritaron todas las chicas – ¡¡DEMASIADO LINDA!!

– ¿Eh? – sus ojos parecían como si estuvieran viendo a un cachorro – ¿Qué sucede?

– Es mejor que lo veas tú mismo – la jefa fue por un espejo largo y me lo puso en frente de mí – ¡TA DAN!

– ¡¡Te ves muy bien!!

– ¡Creo que vamos a tener más clientela hombre que mujer!

– ¡Ni siquiera parece a un hombre!

Ahora... Ahora era el día más vergonzoso de mi vida...

Trabajar en el día de la kermes vestido de mujer y mucama a la vez. Iba a demostrar que mi sufrimiento no había sido en vano.

Cuando empecé a trabajar. Muchas de las clientas me decían cosas como "¿Estás en primer año? ¡Eres muy mona!" "¡Eres súper tierna!" y cosas de esas.

Al parecer, como yo no era popular entre las chicas ni los chicos. No me reconocieron y pensaron que yo era una chica. Eso estaba mejor, así cuando todo volviera a la normalidad, nadie (excepto las maids) sabría que asistí a ese trabajo.

– ¡Oye, linda! – se me acercó un chico y tenía su teléfono en mano – ¿Puedes pasarme tu número? ¡Me pareciste muy bonita!

* Tranquilo, tranquilo.... No sabe que soy un hombre, no sabe que soy un hombre *

– '¡Lo siento! No puedo darte mi número telefónico jeje' – me alejé del chico lo más rápido posible – Cómo odio esto.

Al parecer, la jefa había traído a unos nuevos clientes. Así que, agarré unos menús y con prisa me acerqué a ellos.

– ¡Bienvenidos al café Nekoma! ¡Hoy les...! – me quedé en piedra. ¡¡Mi día no podía estar peor!! – Le... Les... – ¡¡Qué vergonzoso!!

– Yaku – Kenma había notado mi incomodidad – ¿Por qué...?

– Oya, Oya~ – sabía muy perfectamente que Kuroo se estaba burlando de mí. Se estaba divirtiendo – ¿Qué era lo que decías, linda? Jeje – me guiñó el ojo.

– ¡Tsk! – no podía hacerle nada en esos momento. Entregué las cartas a ambos y luego forcé una sonrisa – Aquí está el menú, revísenlo y ya me...

– ¿Qué es lo que me recomiendas?~
Tú trabajas aquí, así que... – dejó la carta cerca de él – Me gustaría mucho que me aconsejaras~

– Disculpe, no creo ser...

– ¿Desobedeces a tu maestro?~ – Kuroo seguía sosteniendo esa sonrisa burlona – Creo que tendré que escribir en sugerencias que...

– ¡¡Aquí tenemos nuestro menú especial!! – me quedé a lado de Kuroo y le pisé su pie con el tacón – ¿Eh? ¿Sucede algo, maestro? – le sonreí con burla.

– ¡Todo está en orden! – Kuroo se había aguantado el dolor con éxito pero el color de su rostro lo delataba – ¿Qué era lo que me decías?