Capítulo 8

937 98 62
                                    

Narra Yaku

Había pasado tiempo desde que hicimos el juego de practica contra Karasuno. Ellos eran un equipo interesante y fue uno de los partidos más entretenidos que habíamos tenido en los últimos días. Hasta había hecho un amigo llamado Sugawara y otro chico que no me quitaba la mirada de encima (me daba demasiado miedo).

 En estos momentos, estábamos en la última clase. No había escuchado a la maestra porque discretamente me dormí. No era porque me aburriera de la clase, simplemente fue porque en toda la noche mi mente no paraba de pensar en Kuroo.

Hasta que me tuve que despertar por culpa de Kuroo que me agitaba el hombro para que no me durmiera.

– No importa si las parejas son del mismo género – concluyó la maestra. Después sacó una caja de cartón y la puso sobre el escritorio – Los que ya tengan una pareja deben de pasar a escogerlos y llenar los papeles.

– Oye, Yaku – Kuroo se levantó del pupitre y se puso al frente de mí. Luego se recargó en mi pupitre – ¿Quieres hacer ese proyecto conmigo?

– Por supuesto – trataba de batallar por no cerrar los ojos y volverme a dormir – ¿Por qué no lo haría? 

– ¿¡En serio aceptas!? – se sorprendió Kuroo – ¿¡Me lo juras!?

– Ya te dije que sí, Kuroo – puse mi suéter en el pupitre y lo hice una bola para poderme acurrucar en esa misma – ¿Acaso querías que dijera que no? Ahora déjame dormir un poco...

– ¡Qué emoción! Gracias por hacer las cosas fáciles, Yaku – me sonrió y antes de unirse a la fila me dijo – Vamos a ser los mejores padres. Te lo prometo – mientras se iba me mostraba su pulgar arriba.

* ¿Padres? *

– Guau, Yaku. Pensé que ibas a rechazarlo como siempre lo haces con Kuroo – me dijo Kai – ¿Acaso ya resolvieron las cosas o se volvieron más unidos?

– Kai... – me incorporé y me quedé mirando a Kuroo – ¿Qué proyecto es el que la maestra nos dijo hace unos minutos?

– ¿No pusiste atención? 

– Sinceramente, no.

– La maestra nos dijo que íbamos a hacer el proyecto de cuidar dos huevos que simulan que son nuestros hijos.

– ¿¡Qué!? – me levanté de un salto y fui con Kuroo para poder detenerlo pero en un instante unos papeles estaban en mi cara – ¿¡Qué es eso!? – le arrebaté los papeles.

– ¡Son las actas de nacimiento, Yaku! – miré a Kuroo. En sus manos traía una pequeña caja de cartón – ¡Debemos de llenar ambos para que nos lo selle la maestra y ponerles rostros!

– ¡Espérate un momento!

– ¿Qué sucede?

– Yo... ¡Yo no sabía que era un proyecto así! – crucé los brazos – ¡Me rehúso!

– Ja, ja, pues no te vas a librar de mí, Yaku.

– ¿Por qué lo dices?

– Una, porque me dijiste que te ayudara en las materias y dos... – me enseñó una mirada de burla – Porque la maestra ya nos puso los nombres en las actas de nacimiento.

– ¡Ja! ¡Ya parece que...! – revisé en la zona de padres y me di cuenta que el primer nombre que aparecía como madre era el mío – ¿¡Por qué demonios me pusiste como una madre!?

– Pienso que ese rol te queda bien – luego me guiñó el ojo – Mamá Yaku.

– Demonios... Eso me pasa por dormir en clase – me senté y empecé a rellenar los actas de nacimiento con mis datos – ¿Cuánto va a durar este proyecto?

Sólo entre gatos (Kuroo x Yaku)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora