Sólo entre gatos (Kuroo x Yaku)

Capítulo 6

= Sueño =

Narra Yaku

Por alguna razón. Kai estaba preparando caballa salada a la parrilla, era extraño... ¿Por qué estaba preparando eso?

– Yaku, cariño – me llamó Kai. Entre sus manos tenía una canasta – ¡Ya es hora de que te vayas!

– ¿Qué? ¿Por qué me dices "cariño", Kai? – dije con extrañeza – Ni que fuera tu hijo.

– ¿Pero qué tanto dices? ¡Últimamente se te está olvidando muchas cosas! – Kai me entregó la canasta y me empezó a empujar hasta la salida de la casa – ¡Vamos, vamos! ¡Qué se te va a enfriar!

– ¿¡Qué!? ¿¡Pero a dónde tengo que ir!? – trataba de detenerme pero al final Kai me echó de la casa – ¡Ahh!

– ¡Vuelve pronto, corazón!

– ¡Oye! ¿¡A dónde tengo que llevar esto!?

– ¡Pues a la casa de tu abuela Yamamoto, Yaku! – Kai me sonrió y nuevamente se despidió de mí – ¡No te acuestes con extraños!

– ¿¡Ja!? ¿¡A qué te refieres con acostarme con extraños!?

– ¡Vuelve pronto! – dijo Kai mientras se metía otra vez a la casa.

Sin más remedio, me puse la capucha roja y empecé a caminar al único camino que se me mostraba. Al parecer estaba en un bosque, estaría perdido si no fuera porque el camino estaba bien marcado.

– No comprendo porqué Kai me dijo que no me acostara con extraños... Este lugar sí que es muy grande.

Seguí caminando por el sendero. Así fueron varios minutos hasta que a mi lado izquierdo había un río. Me apeteció tomar de aquella agua cristalina que se me mostraba. Me acerqué a ella, dejé la canasta a mi lado y bebí de aquella agua.

– ¿Qué hace un niño con capucha roja por estas zonas?

Me voltee y me encontré a Kenma con una escopeta en su espalda y con traje de cazador. Por alguna razón, él tenía en manos un videojuego.

– Kenma ¿¡Qué haces con una escopeta!? – agarré la canasta y retrocedí unos pasos – ¡Eso es ilegal!

– ¿Eh? Por supuesto que no es ilegal para un cazador – dijo con indiferencia – Normalmente, estoy por estas zonas para llevarme unos cuantos patos.

– ¿¡Desde cuándo cazas!?

– Desde siempre, Yaku – volvió la vista a su videojuego – ¿A dónde vas?

– Voy a la casa de Yamamoto, ja, ja.

– Eso está un poco lejos, te acompañaría pero estoy un poco ocupado – Kenma se sentó y se quedó mirando el agua – Lo siento.

– ¡No hay problema! – di la media vuelta y pensé en retirarme de ahí – Bueno, te veo luego, Kenma.

– Oye – me voltee hacia Kenma y me di cuenta que él estaba sonriendo – Cuidado con el lobo.

– ¿Con el lobo?

– Sí, se podría aprovechar de ti a pesar de que le puse protección.

– ¿Eh?

Quise que me lo explicara pero al final se esfumó de un abrir y cerrar de ojos. Lo empecé a buscar con la mirada pero no lo encontré. Me dio un poco de escalofríos pero le quité importancia. Me acomodé la capucha.

Seguí caminando por el mismo camino como el de hace rato. Algo andaba mal. Desde que había salido de la casa de Kai, pude presentir que alguien me seguía. Cada rato me estaba volteando para saber quién estaba ahí pero no había nadie.