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Mientras caminaba a mi celda con la mirada baja pude notar como mis manos estaban sudadas, seguramente por la tensión que tuve hace unos minutos con Macarena. Al llegar a mi celda me lanze sobre la cama, quedando boca abajo, y sin más suspiré con pereza.

- ¿Zule? - la voz de mi gitana se hizo presente -

- que....

- ¿Estás bien?, Te noto algo malita - se sentó a mi lado y comenzó a sacudir mi cuerpo. Me di la vuelta y pude encontrarme con su lindo rostro el cual siempre me sacaba una sonrisa.

- estoy un poco jodida, pero bien...- me reincorpore sobre la cama -

- vale, tengo que decirte algo importante....pero no le digas ni una palabra a nadie porque te ahogó

- al grano - la apresure haciendo un gesto con mis manos -

- La Rizos y Maca se quieren casar...- se acercó a mí y me susurró - Zule, me estoy quedando sin ideas... - un sentimiento de ansiedad se apoderó de mí al escuchar aquella noticia que se me hacía tan horrible -

- que se casen, te mereces a alguien mejor

- pero yo quiero a Rizos, la quiero y demasiado, el cariño que yo le tengo no es nada comparado con el cariño que esa niñata dice tenerle...

- yo creo que sí la quiere....digo, han follado, están juntas todo el tiempo y si hablan de boda... pues de seguro es amor - dije con inseguridad, también dudaba sobre esa relación -

- Zule - me golpeó ligeramente mí cabeza con uno de sus dedos al hablarme - esa payasa no la mira como yo a Rizos, no la desea y estoy segura de que nisiquiera disfruta el sexo con ella. Mi rizos es un pan de Dios, merece un amor sinceró, el amor que yo le ofrezco. - sus ojos retenían las lágrimas de su enojó -

Tal vez era cierto. Tal vez Maca estaba con la rizos solo porque le convenía y quería sentirse amada dentro de un lugar tan frío y peligroso, entre ellas existía el cariño pero el amor no era compartido y aunque me importaba una mierda su relación, no podía evitar sentir lástima por Saray y un poco por la Rubia, condenada a estar pegada a alguien que no desea.

- a ver, vamos al comedor que ya es casi hora del almuerzo, además me estoy muriendo de hambre y en el camino pensaremos en como puedes acercarte a rizos sin problemas ¿Bien? - Saray asintió aún con sus lágrimas retenidas, le sonreí y me levanté de la cama- no me gusta verte llorar por esa tonta...

En medio del pasillo pudimos ver a la rizos completamente sola en una esquina, empuje a Saray con el brazo para que se acercara a ella y así lo hizo. Yo seguí caminando hasta el comedor con una expresión neutral, podía ver a las demás presas caminar junto a mi, cosa que odiaba. Detestaba ver sus caras gordas o escuchar los ruidos desagradables que hacían.

Tome mi bandeja y Deje caer mi trasero en la misma mesa que la rubia había escogido, quería molestarla un poco ya que estaba frente a mi. Saque de mi bandeja la manzana verde y comenzé a masticarla. Hice ruido para que me notará.

- Zulema...- susurro mi nombre sorprendida por mí presencia -

- ¿Que pasa?, ¿Tu y tu noviecita peliaron? - sonreí -

- ya te lo dije...no molestes, no estoy de humor...

- cuando tú vienes a molestarme yo tampoco estoy de humor y aún así sigues jodiendome.....

- ya, pero...

- además, seamos honestas rubia - calle unos segundos - nos gusta jodernos, amamos jodernos...que sentido tiene negarlo ah estas alturas

- De acuerdo - resopló- tienes razón...- levantó ambas cejas y asintió -

- se que la tengo...

||Esta Enfermedad Llamada||: "Zulema Zahir" ZURENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora