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"Macarena Ferreiro, se solicita su presencia junto a la directora"

El estruendoso e Alarmante megáfono se escuchó por todas las salas y pasillos de la cárcel, rápidamente Macarena quedó en la mira de todas las cercanas. Cuando alguien era solicitado a la oficina de esa manera era por algo urgente, podías tener un castigo por comportamiento o podrías recibir buenas noticias pero vamos, que en la cárcel las buenas noticias son lo último que puedes esperar. El temor más grande de Macarena era que las autoridades le avisarán que su hermano había fallecido, que su única familia de sangre se fuera de su lado y de este mundo, la visitas a la dirección no eran muy entusiasmantes.

- ¿Hiciste algo? -pregunto Zulema, quien estaba recostada en su litera junto a la Rubia-

- no

- bueno, aquí te pueden llamar la atención por todo pero los castigos...son una mierda, no te asustes

- no estoy asustada...

- entonces vé

- ¿cuando vuelva estarás aquí? -bajo de la cama-

- cuando vuelvas estaré durmiendo

- vale, vuelvo más tarde -sonrió para alejarse finalmente-

Bajo las escaleras a toda prisa, choco con algunas de sus compañeras en el camino e incluso con funcionarios pero los regaños no le interesaban, solo soltaba pequeñas disculpas. Le interesaba llegar a su destino lo más rápido posible y saber que todo estaba bien, tomo el ascensor llenándose de escalofríos por la inquietud y pequeñas brisas que le llegaban gracias a las ventanas semi abiertas. Cuando las puertas se abrieron estiró su uniforme y arreglo su cabello para lucir menos inquieta de lo que ya estaba, sujeto la manilla de la puerta, tomo aire y entro con una expresión poco agradable.

- Buenos días Macarena -La directora sonrió-

- Buenos días -cerro la puerta detrás de su espalda con cuidado- ¿porqué me llamó?

- no es nada malo, Macarena -Aunque Maca se esforzaba por calmar su ritmo cardíaco y respiración, la directora ya se había percatado de lo alterada que estaba-

- ¿entonces?

- quiero discutir un asunto, junto con el inspector castillo

- ¿castillo?

Al escuchar ese nombre tan familiar busco con la mirada a aquel señor mayor, que la salvo incontables veces. Ahí estaba el, sentado con su bastón de madera sobre el sofá abultonado que existía desde hace años. Ah La Rubia se le iluminaron los ojos cuando el señor se levantó en dirección hacia ella, extrañaba mucho tener a alguien conocido que no estuviera en la cárcel.

- castillo -lo abrazo como si de su padre se tratará.
El inspector cerró los ojos satisfecho por el contacto físico y correspondió a su abrazó con una leve sonrisa. Entre ellos hubieron muchos mal entendidos, situaciones en las que se odiaron mutuamente y en donde se comprendieron son facilidad, Castillo le había brindado la posiblidad de escapar de prisión incontables veces y eso fue más que suficiente para hacerla feliz en sus días de novata.

- Es bueno verte Macarena -dio pequeñas palmadas en su espalda-

- ¿ah qué ah venido aquí?, No me diga que otra vez le disparó a un familiar mío

- por suerte no -la broma no le hizo gracia- pero mira nada más, no has cambiado mucho físicamente

- ya pero, mentalmente si y mucho...para bien -aclaro-

- ¿que les parece si se sientan? -la directora señaló los dos asientos que estaban frente a su escritorio- es sobre tu libertad

- espere....¿dijo que hablaríamos sobre mi libertad? -pregunto insegura sobre lo que había escuchado-

||Esta Enfermedad Llamada||: "Zulema Zahir" ZURENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora