||Esta Enfermedad Llamada||: "Zulema Zahir" ZURENA

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Dos años Pasarón desde que Yin y Yang decidieron mantener su amorío en secreto para evitar los miles de problemas que de seguro les llegarían sí alguien se enteraba de lo que pasaba ente ambas. No era fácil contener sus sentimientos y deseos la mayoría del tiempo, apenas si podían hablar de manera casual sin que rizos u otra persona se interpusiera en sus pláticas pero solo con estar cerca se sentían felices. Para suerte de rizos si pudo conseguir el trabajo, por lo que debía cumplir sus horas correspondientes para después volver a cruz del norte mientras que su libertad aún era tema de conversación para la autoridad mayor. Macarena había perdido un poco su interés por salvar su relación con rizos sin embargó seguían juntas, tal vez por costumbre o solo porque no querían estar solas pero la idea de separarse después de tanto tiempo aún les dolía un poco así que evitaban hablar de ese asunto y seguían fingiendo ser felices y amarse. La pobre de Rizos seguía decidida a casarse con la rubia de ojos claros que dormía a su lado todas las noches y tal vez pronto pediría su mano frente a todos, solo que Macarena no tenía ni la más mínima idea de sus planes para el futuro.

Zulema estaba colaborando con la policía desde hace dos meses en dos casos distintos. Su inteligencia y la facilidad que poseía para conseguir información eran muy útiles por lo que recurrían a ella con tal de avanzar más rápido en cada uno de los casos, Macarena solo la molestaba ya que estaba pasando de ser una criminal a una persona "del bien".

Entre ambas se contaban pequeñas anécdotas sobre sus vidas antes de llegar a prisión. Aveces Macarena hablaba sobre sus amores fallidos lo cual hacia bostezar a Zulema en solo segundos pero aún así escuchaba lo necesario como para burlarse de ella en cualquier ocasión. Otras veces Zulema hablaba de Fátima y de cómo la arrebataron de sus brazos nada más al nacer, y eso sí que entristecía el corazón de la Rubia. En las noches, cuando las celdas se cerraban Macarena escapaba diciendo cualquier escusa barata con tal de llegar a la celda de Zulema para dormir a su lado en total silenció. Claro que la gitana se preguntaba que era lo que sucedía jamás se imaginó lo que realmente estaba ocurriendo entre ellas y mucho menos pensó en comentárselo a rizos, ya que para ella eso significaría drama y aquella chica ya tenía demasiado en su vida.

Aquellas promesas de venganza que alguna vez habían jurado cumplir se quedaron en el aire sin ser retomadas otra vez, ahora se comprendían, el poco odio que les quedaba estaba justificado pero casi ni existía. Juntas se complementaban y formaban la perfección de dos polos opuestos combinados.

Aquel par se estaba comunicando através de la reja que separaba las presas de aislamiento con las demás.

- ¿Tu crees que pueda salir de aquí algún día? - pregunto Zulema con un cigarrillo entre sus dedos -

- imagino que sí - respondió mirándola del otro lado de la reja - ¿que hiciste ahora? - la mujer mayor apoyo su espalda en la pared y se dejó caer -

- perfore los dedos de la nueva...- resopló -

- ¿se metió entre tus cosas? - se sentó a su lado -

- me amenazó y tocó mis cigarros. ¿Conclusión?, una persona desagradable...- libero el humo del cigarrillo através de su boca - ¿cómo está tu noviecita? - ofreció su cigarro a la Rubia, quien lo recibió y consumió -

- a ti no te importa como este rizos - comenzó a reír- solo quieres saber si eh follado con ella y la respuesta es no

Zulema no pudo evitar sonreír del gustó. Pasó sus dedos por los agujeros de la reja para volver a recibir su cigarrillo pero en vez de eso sus dedos recibieron un tierno contacto por los suaves dedos de su rubia. Sus asustados ojos la miraron de frente y observó aquella acción, estaba siendo acariciada con una sutileza que la conmovía poco a poco se apego más a la reja y dejó caer su cabeza sobre aquellos fierros duros. Macarena soltó el humo y copio la acción de la Morena mientras cerraba sus ojos.