La sorpresa fue inesperada. La muerte fue inevitable, la verdad había sido un poco triste asumir la realidad para aquel escorpión que carecía de empatía por el resto de las personas, pero está vez fue diferente. Once meses dan para mucho y en ese periodo de tiempo muchas cosas podían cambiar y en efecto así fue; La relación de Macarena y Zulema seguía intacta pero con Fabio interponiéndose a menudo, Rizos finalmente se casó con quién siempre estuvo para ella en los peores momentos, su linda Gitana ahora sería su mujer para toda la vida, ahora solo debían esperar a que está fuera liberada. La rubia no dormía bien pues sabía a la perfección que su día de liberación estaba cada vez más serca y eso la aterraba. En día menos pensado Zulema se enteró de que su madre había fallecido, al principio comenzó como cualquier otro pero a medida que los segundos y horas pasaban, apenas sí lograba digerir la información entregada por un "pariente" que nisiquiera conocía.
¿Acaso iba a llorar?. No, ¿Porqué?, ¿Porque debería llorar por una mujer que no pudo ser un buen apoyo para ella?. No tenía sentido alguno, ella debía sonreír y alegrarse de que no volvería a ver a esa bruja en lo que le quedaba de vida, sin embargó muy en el fondo un sentimiento encontrado la invadía, no entendía el porqué o que era, tal vez era la frustración de que las posibilidades de formar un vínculo con ella se esfumaron para siempre. Nunca tuvo la oportunidad de empezar desde cero con quién le dio la vida, nunca recibió un beso de su parte, nunca hubo un "buenos días" y aunque la idea parecía estúpida la niña encerrada en su alma seguía pidiendo un pequeño momento así, un momento de madre e hija. Cosa que era imposible, ya que Zulema no perdonaría a su "madre" incluso después de su muerte, el daño físico y psicológico fue demasiado como para dejarlo pasar. Guardar ese extraño sentimiento sería lo mejor para ella, o eso creía.
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Yo. Una rubia con cara de perrito triste, que solo estaba sentada en el comedor carcelero sin ver un punto fijo. No quería probar ni un bocado de la comida en mi bandeja porque no hacía más que recordarme a mi misma el dato de que mis meses dentro de prisión eran contados con una sola mano. Ni en un millón de años creí que mi liberación sería tan deprimente, afuera no me quedaba nada, mi hermano ignoraba todo lo relacionado conmigo y si algo agrietaba mi corazón, era que al salir por la gigantesca puerta mis padres no estarían ahí, nadie me abrazaría, no tenía a donde ir. ¿Que sentido tiene ser libre y no tener un hogar al que llegar?, Ninguno, porque la soledad para alguien como yo era devastadora. Mis compañeras y pocas amigas me felicitaban, unas lo hacían aparentando alegría y otras realmente sentían alivio de que me liberarán. Sentía que las cosas eran algo injustas, Zulema que siempre busco la libertad a toda costa se quedaría en el agujero mientras que yo, aunque rechacé la oportunidad deseada por mí pareja sin retroceder un segundo, ya estaba por cruzar la siguiente línea que me llevaría al mundo exterior. Las piernas me temblaban al hablar, armar un plan para cuando estuviera fuera parecía sencillo pero no lo era ni un poco. Gracias a mi demanda y encarcelamiento, no volvería a trabajar como antes así que estaba forzada a conseguir un trabajo cutre como lavadora de autos, limpia pisos o en una lavandería, aunque los trabajos eran dignos para cualquier persona estaba segura de que esa vida no me emocionaba. Después de tanto tiempo lo que alguna vez deseé se convirtió en lo más insignificante para mí. Extrañaría los bonitos lazos que hice dentro de este lugar, extrañaría a Tere, Antonia, Goya, Palacios, puede que a Castillo pero sobre todo a Zulema. Las visitas a Zulema me quitarían una que otra lágrima, se que ella preferiría que siguiera mi camino por mí cuenta pero dejarla atrás no estaría en mis planes, yo quería esperarla el tiempo requerido para por fin entrar juntas sin ataduras detrás. Mi vida en libertad no giraría en torno a Zulema; pretendía conseguir mejores trabajos a su tiempo, tomar la casa de Castillo aún era una buena opción, tener un buen futuro sin importar los obstáculos o caídas. Cuando me liberaran lloraría como nunca antes...Lo que no te mata te hace más fuerte, dicen.
¿Que haría con este amor?. No se bien cuánto aguantaría sin Zulema a mi lado, muchas cosas me recordarían a ella y eso iba a doler mucho. Despertar cada mañana sin sentir su calor o ver sus grandes ojos sobre mi sería una bofetada de tristeza a la que me debería acostumbrar, no es como si tuviera muchas opciones. Con todos estos pensamientos girando sobre mí no me había percatado de que Fabio estaba sentado a mi lado sin mirarme, su cuerpo estaba en sentido contrario al mío. Débilmente doy una mascada a la manzana roja que siempre dan y es cuando el guardia gira la cabeza con una expresión más blanda de lo habitual.
- ¿Que pasa? -me encogí de hombros- me miras como si fuera un bonito animal que encuentras en la calle -hablaba sin hacer contacto visual-
- Solo quería decirte de manera discreta que cuando salgas yo estaré esperando fuera -sonrió, su voz áspera erizó mi piel-
- ¿para qué?, No te lo eh pedido -hable desinteresada-
- yo te llevaré a la casa de Castillo, será un honor verte salir por esa puerta -se acercó poco a poco a mi rostro ya que buscaba contacto con mis ojos-
- Fabio...-suspire y le cumplí su pequeño capricho. Mis ojos se encontraron con los suyos y guardamos silencio unos segundos, su miraba en mi era una inocente caricia-
- no estarás sola ahí fuera, estaré contigo si tú me lo permites
- no lo sé, Fabio. Tendría que pensarlo, adaptarme a no estar en una jaula y establecer nuevos lazos si se da la oportunidad...
- esperaré
- Fabio, haz esperado años, detente
- Macarena si tu supieras como mis ojos te ven, como mis sentimientos son más fuertes entenderías porque no te eh debajo ir -Ultimamente siento una comunicación más llevadera con este hombre, es fácil empatizar y sobre todo distraerme-
- ¿crees que valdrá la pena? -sonreí incrédula-
- se que en el exterior tu y yo podemos tener un futuro, el futuro que queríamos -cogió mi manzana y la mordió-
- el futuro que queríamos...-guarde silenció para pensar en todas las posibilidades que tendría al salir de aquí-
- ¿te haz entrado de la madre de Zulema?
- ¿qué?, No -mis ojos se agendaron- ¿Que ha pasado?
- su madre falleció esta mañana, cáncer de páncreas
- joder...-murmuré-
- pensé que te lo había contado -se extraño-
- para nada, no se porque no me cuenta este tipo de cosas cuando son tan importantes
- deberías ir a ver cómo está, tal vez se corre las venas por ahí -bromeo-
- cállate, Fabio -el comentario me molestó pero al ver como sonreía travieso no pude evitar hacerlo también, es contagioso- iré a buscarla...¿vienes?
- si -dijo aún comiéndose mi manzana-
Caminé por todo el corredor hasta salir por la puerta acompañada de Fabio, no sabía dónde estaría Zulema pero si la noticia le había afectado, entonces estaría en nuestra celda o en nuestra esquina del patio, de lo contrario sería una búsqueda un tanto larga.
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||Esta Enfermedad Llamada||: "Zulema Zahir" ZURENA
Fanfiction⚠️PAUSADA⚠️ ☠️•Macarena tiene una aventura con la persona menos indicada mientras jura amor eterno a Rizos. Sus mentiras traerán muchos problemas a la gente que la rodea y luchará constantemente por controlar sus sentimientos reprimidos hasta que fi...