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Desperté en los brazos de la Rubia a principios de la mañana. Me fije en ella y volví a pensar en que cuando dormía su rostro era sin duda adorable, de no ser porque ronca como una ardilla todas las noches diría que incluso me conmovía pero no. me quede quieta para sentir su respiración sobre mi, seguía sin creer que ella me había elegido en vez de a la Rizos, quien estuvo desde el primer día con ella. Pero aun me cerraba a la idea de un futuro juntas, no se si esto dure lo suficiente como para acostumbrarme y las quimioterapias para mi enfermedad aun no terminaban, faltaban pocas pero los resultados finales no aseguraban que la Leucemia desapareciera para siempre o incluso si seguía en mi. Estaba realmente cansada de vomitar y de no poder con mi propio cuerpo por lo que prefería mantener una barrera entre Maca y yo para dejar protegido mi triste corazón y estar preparada para lo que fuera, pero sobre todo para no lastimarla demasiado si algo no sala bien. Me moví con el cuidado de no despertarla; Hoy me tocaba entrar a la cocina y encargarme de que cada una de las presas recibiera una porción justa de comida, si pudiera envenenar el plato de todas lo haría, lástima que en todo caso seria la primera en ser acusada. "Zulema odia a todo el mundo", todos sabían eso.

Me dirigí a la cocina con cautela. todas murmuraban sobre la pelea de Macarena y Rizos, y de como yo intervine a favor de La Rubia, cogí una especie de gorro blanco y lo deje puesto en mi cabeza. vuelvo a buscar con la mirada a Saray pero no la encuentro, se que esta haciendo una tontería para ir a Aislamiento y tener una charla con la Peluda, valla idiota tengo de Hermana. Tenia planeado decirle por fin a Maca sobre mi enfermedad, prefería que se enterara por mi a que me mandara a la mierda por no decir nada. Mejor tarde que Nunca.

- ¡Zulema, despierta!

- joder...

- ya es hora de empezar a cocinar, pela las papas que están sobre la mesa -La nueva chica era ruda, me agradaba sin siquiera conocerla pero el ojo enzima no faltaba-

Sujete el cuchillo y procedí a pelar la mierda que tenia en frente. Mientras lo hacia prestaba atención a las palabras dichas en susurros por las presas que iban y venían. Sabia el nombre y el Motivo por el que entraron de cada una, conocía sus miedos, sus especialidades, sus debilidades, cuando mentían y cuando decían la verdad. La única chica que no podía descifrar del todo era la Rubia y eso me atraía a ella como un imán, cada vez descubría mas cosas de ella, eso no acababa. me hacia mucha gracia que su aspecto angelical fuera todo lo contrario a sus crímenes.

Una figura que no podía ver del todo se acercaba a mi, supe que era Macarena cuando se afirmo sobre la mesa con sus pálidas manos, sus manos eran inconfundibles. Escuché su pequeña risa, se reía de mi, claro...¿yo en la cocina?.

- ¿Tu en la Cocina?

- ¿Cuándo despertaste? 

- no te sentí así que me desperté, supongo que a los minutos de que te fuiste. por cierto, ¿Cómo te sientes?

- perfecta

- vale y, ¿no te apetece salir de aquí? -me hablo con un tono seductor que me hizo sonreír-

- no seas tarada, no puedo irme así nada mas y lo sabes

- ¿Zulema siendo responsable? esto es flipante...

- voy a clavarte el cuchillo, sal de aquí

- lo estas haciendo mal...-me fije en la papa sobre mi mano y era verdad, parecía que estaba matando un bicho en vez de sacarle la cascara a lo que se suponía era un alimento- a la mierda...en todo el tiempo que llevamos juntas, ¿Cuándo te eh dicho que se cocinar?

- ¿nunca?

- exacto -deje las Papas brutalmente peladas en un recipiente y lo deje a un lado- ¿también debo cortar?

||Esta Enfermedad Llamada||: "Zulema Zahir" ZURENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora