||Esta Enfermedad Llamada||: "Zulema Zahir" ZURENA

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Alguna vez hubo amor, un amor puro que rodeaba a la pareja mas destacable de la prisión. Alguna vez se juraron amor eterno pero ha pesar de todos los esfuerzos por mantener la promesa a flote, fue inevitable no enredarse en la monotonía y falta de interés. Tiempo atrás Macarena y Rizos se imaginaban caminando juntas hacia el altar y por alguna razón ese sueño se quedo en el olvido.

Muy bien. Al principio todo fue muy divertido y romántico para ambas, aceptaban sus defectos y virtudes pero de repente, una de las dos se canso de la falta de emociones, estar en esa relación no era mas que un juego en el cual era experta. estaba agotada de ese sube y baja repetitivo, ¿tal vez fue una discusión lo que las separo?, tal vez una de las dos se volvió mas codiciosa y trato de encajar a la fuerza con quien estaba comprometida.

El amor en su relación si existió, pero si ese amor solo se había vuelto costumbre entonces deberían ponerle fin. Una de las dos debía renunciar por más qué ninguna de las dos quería y alargar las cosas era lo menos recomendable, sus corazones las guiarían. Macarena no quería ser cruel por mas hipócrita que sonara, apesar de todo las dos saldrían heridas de todas formas.

Cuando se miraban y reían tratando de parecer lo mas compatibles, tratando de ganarle al cansancio y que pareciera que juntas eran capaces de cualquier cosa pero el no lograrlo era el fuego de sus peleas. No podían seguir haciendo por mas que trataran de superar su crisis, si no tenían sentimientos mutuos, si no se pensaban mutuamente, si la rubia no tenia sentimientos por rizos entonces... ¿porque no podía dejarla?, ¿cual era la verdadera razón? después de todo aun no podía dejar de pensar en rizos.

Intentaba ponerle fin pero no podía. todos los días caminaba a su lado sintiéndose feliz y agradecida como si fuera la primera vez sin embargo sus ojos miraban a alguien a más pero ha pesar de que había otra persona en su vida que le movió el suelo todos los días. Las ganas de retroceder el tiempo y volver a empezar con su novia estaba intacto porque por mas que amara Zulema sabia que estaba unida a Rizos.

Rizos era dueña de su mente pero Zulema era la dueña de su corazón y eso jamas iba a cambiar.

Estaba atrapada, por mucho tiempo estuvo sola. Rizos la atrapo con su insistente amor, el amor que necesitaba en momentos tan difíciles, le abrió las puertas de su corazón y Macarena no quería salir. Podría ser que tal vez aun la amaba lo suficiente como para hacer latir su corazón y si de algo estaba segura es que deseaba a ver muerto en la lavadora tal vez si eso hubiera pasado, no tendría que tomar esta difícil decisión.

- ¿que haces? - sonrió extrañada al ver a su novia bailando de manera alocada -

- bailo para sacar la mala vibra - sacudió su pecho riéndose - la cárcel esta llena de eso y no me quiero contagiar - la música proveniente de la radio eran cumbias -

- ya, ya - se quedo admirándola -

- ¿quieres bailar? - acerco su mano mientras seguía moviéndose al ritmo de la música -

- No gracias, prefiero ver a mi hermosa novia...

- por cierto...¿donde estabas?

- En la lavandería...

NO, en realidad había estado con Zulema pero no para follar. esa vez solo estuvieron juntas porque querían hablarse y acariciarse con libertad, entre ellas no era solo la pasión lo que las unía, el lazo que compartían era mucho mas que eso.

- sabes que lavar tu ropa es un lió - cerro su ojos - mira como lo muevo - sacudió su trasero de manera divertida -

Macarena aplaudió entretenida por aquel espectáculo tan divertido de ver. por cosas así es que reía de la nada durante el día, siempre recordaba sus tonterías.

Entre Rizos y Zulema siempre había roces pequeños, pero esos roces eran cosa suficiente para que quisieran sacarse los ojos de la manera más violenta posible. Por suerte ya no habían discusiones cuándo Macarena pasaba tiempo con Zulema ya que Rizos comprendió que ellas podían ser "amigas" después de todo, aunque le costaba ver cómo dos mujeres que intentaron matarse ahora eran unidas.

- Maca... necesito que te cases conmigo....

- ¿como?

- quiero ser la mujer de tu vida por siempre, quiero salir de aquí y te esperaré...casarme contigo es mi más grande sueño, ¿aceptaras ser mi esposa? - sujeto sus manos -

- Rizos...pero, yo no me quiero casar en prisión....

- pero es lo único que podemos hacer ahora, saldré de aquí es tres meses si todo sale bien y cuando sala quiero decirle a la gente que estoy casada con el amor de mi vida...

- yo...no sé qué decirte...es tan repentino....

- solo dime qué aceptas...

- déjame pensarlo bien, esto es un gran paso en nuestra relación y quiero estar segura de casarme aquí...

- está bien Rubia...- beso su nariz - tómate el tiempo que necesites, seguiré aquí...

- muchas gracias....

¿Que iba a hacer ahora?. Estaba atrapada y no podía hacer mucho, tal vez casarse con Rizos no era tan mala idea después de todo ya que si salía de ahí lo antes posible tendría una buena vida pero...¿y con Zulema?, ¿Que clase de futuro le esperaba al lado de esa mujer tan explosiva? De seguro no sería nada fácil convivir con ella aunque en realidad nisiquiera sabía si Zulema tenía pensado seguir con ella fuera de prisión, ella nunca sugirió algo así y estaba segura de que jamás lo haría. Zulema no hablaba de sus sentimientos de forma tan explícita, nunca le dijo un "te amo" o "quiero que estés conmigo" solo se dejaron llevar por el deseó y confesaron lo mucho que se necesitaban la una a la otra y eso le daba más motivos a la rubia para escoger a su novia.

La inseguridad acaba con la felicidad.