~Fanfic Kacchako~
(No habrá poderes en esta historia, pero si serán los mismos personajes y personalidades.)
Todo se remonta a tercero de preparatoria, en una escuela normal.
Uraraka Ochako, una chica castaña, risueña, alegre, bella y estudiosa, es...
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Narra Uraraka:
Me desperté muy temprano para arreglarme e irme a la escuela. Después de ducharme, me coloqué el uniforme y bajé a prepararme algo de desayunar, pero me percaté de que mi madre me había dejado una bolsa de papel con una nota.
-Lee la nota. Cariño, papá y yo nos fuimos muy temprano para irnos al trabajo, te preparé tu almuerzo, espero que te vaya muy bien en la escuela, te aman, mamá y papá. Deja de leer. Mi mamá siempre es muy linda conmigo, muy bien, pondré esto aquí. Toma la bolsa de papel y la mete a su mochila. Bien, ya me voy. Toma sus llaves y sale de su casa, camino a la escuela.
Casi sería mi graduación y tenía un poco de miedo, no quería separarme de mis amigos, ya que los había tenido desde siempre, aún no me decidía por la universidad, pero me no podía pensarlo en estos momentos. Al salir de mi casa, observé la casa de enfrente, en donde vive el chico que me gusta, Katsuki Bakugo. Creí que saldría y me lo toparía como todos los días, pero al parecer no sería así o se había quedado dormido, no quería parecer una acosadora y quedarme mirando hacia su casa o ir a ver qué le sucedía. Después de esos minutos, retomé mi camino para llegar a la esquina y quedarme en la parada del autobús escolar para irme a la escuela. De repente, escuché un portazo a lo lejos y volteé la mirada. Era él, salía de su casa apresurado, al verlo algo enojado, sólo me volteé de golpe y escuché como se acercaba cada vez más, hasta que llegó a mi lado. Le sonreí para saludarlo.
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Narra Bakugo:
Mi despertador no sonó, así que me apresuré a levantarme rápidamente y ducharme. Es un maldito fastidio tener que hacer eso todos los días de la semana, excepto los fines. Realmente estoy enojado porqué no me gusta ser impuntual. Procedí a no desayunar y salir con prisa de mi casa, dando un portazo, tal vez desperté a mis padres, pero no me importa. Seguí caminando y me percaté de que la cara redonda no estaba observando mi casa como acostumbra hacer, así que me dirigí a la parada de autobús y la vi, creí que no me la toparía pero al parecer siempre es así y como no, vivimos en frente. Me paré a su lado a esperar el autobús y ella se volteó sonriéndome como siempre, tratando de saludarme.
