Narra Bakugo:
Me levanté temprano, quería ir a hablar con Momo sobre lo del otro día, aunque no tenía tantas ganas. Desayuné, me duché y empecé a ordenar mi habitación, ya que no me gusta que las cosas estén fuera de lugar o sucias. Después de un rato, tomé la decisión de ir a casa de Uraraka. Llegué, estaba apunto de arrepentirme y regresar a casa, cuando mi mano se movió sola y tocó la puerta. Alguien me abrió rápidamente.-Oh, Bakugo. Que sorpresa tu visita. Dijo con los ojos muy abiertos.
-Vine a hablar contigo sobre lo del otro día. La mira desde la puerta.
-Oh, pasa. Cierras la puerta. No puedes quedarte afuera. Le dice mientras se va de la sala a la cocina, parecía desesperada.
-Al parecer tienes prisa, ¿saldrás? Entra y cierra la puerta.
-Estoy buscando mi celular, necesito preguntarle a alguien si se puede quedar con Uraraka, más tarde tengo una comida familiar y no puedo faltar, Midoriya tiene que ir a casa con su madre ya que se saldrá de viaje unos días por su trabajo, irá a despedirla. Dijo mientras aún iba de un lado para otro.
-Bueno... Pues sí quieres, podría estar al pendiente de ella. Serio.
¿QUÉ RAYOS ACABO DE HACER? ¿ME OFRECÍ A CUIDAR A LA CARA REDONDA?
-Lo mira y deja de caminar. Bueno. Piensa un momento. Bien, confío en ti. No tardaremos mucho, prometemos estar aquí pronto. Creo que sabes su situación, no podemos dejarla sola. No quiero que le suceda nada. Lo mira.
-Tsk, bien. Estará bien. Voltea la mirada.
-Es muy raro de ti que te ofrezcas a hacer esto, pero creo que te sientes un poco culpable. Se sienta en el sillón individual que queda enfrente del sillón largo, en donde se sienta él.
-¿Por qué debería sentirme culpable? Levanta una ceja.
-Oh, cierto. Venías a eso, a aclarar lo qué pasó ese día. Tú y una chica se estaban besando, ella los vio, salió corriendo con el corazón roto y fue arrollada por un auto. Lo mira seria. No te culpo, porque yo sé que tú jamás estarías con ella, no porque sea muy poco para ti, al contrario, es demasiado para ti. Es la mejor chica que podrías conocer en toda tu vida, pero creo que lo qué pasó no fue solo un accidente, sino que espero que con eso te des cuenta de lo mucho que ella te quería y lo mucho que le dolió verte con otra persona, después de que ella te demostró cuanto te admiraba cada que podía. Ahora ella no sabe de ti. Nada de ti.
¿Qué está pasando? ¿Qué acabo de escuchar? Creo que ahora no puedo evitar sentirme culpable... Tsk, maldita sea. ¿Realmente debería sentirme como un tonto? No puedo pensar en nada ahora, no sé qué decir, yo...
-Hey, Momo, Bakugo. Que sorpresa verte por aquí. ¿De qué hablan? Dijo Midoriya mientras bajaba las escaleras.
-Ah, me decía que se ofrece a cuidar a Uraraka mientras nosotros salimos a hacer nuestros asuntos. Se conté y sonríe.
-Oh, así que es eso. ¿Tú le dijiste?
-Sí, es una gran opción. Vive aquí enfrente, no creo que tenga problema alguno.
-Gracias, Bakugo. Te agradecemos.
-Tsk, no me agradezcas nada, nerd. Se voltea.
-Bien, yo ya iba de salida. Uraraka está arriba, me dijo que tiene hambre, debe estar al bajar. Te la encargo. Dice mientras mira a Bakugo.
-Bueno, entonces yo también me voy y así aprovecho dejarte en tu casa, para que no tengas que irte en taxi.
-Gracias Momo, bien Bakugo. Nos vamos. Hay cosas en la cocina para comer y beber si necesitas algo. Si hay problemas, no dudes en llamarnos.
-Nos vemos. Salen de la casa y cierran la puerta.
Los ví irse, me quedé sentado en la sala, aún pensando y reflexionando en lo que había pasado los últimos días, como mi vida había dado un giro gracias a Uraraka, es muy complicado, siempre había estado ahí, me daba igual, pero ahora que no me conoce, está más presente y esto es constante.
-¿Katsuki? ¿Ese es tu nombre, no? Aún lo recuerdo. Baja las escaleras. ¿Qué haces aquí? ¿Te dejaron cuidándome? Se ríe un poco.
-Tsk, algo así. Se cruza de brazos.
-Vaya, al parecer siempre estás enojado. Lo mira. ¿Tienes hambre? Yo muero de hambre ahora mismo.
-No tengo hambre. Frunce el ceño.
-Al parecer te levantaste del lado izquierdo de la cama hoy. Abre el refrigerador. Rayos, no sé cocinar nada de lo qué hay aquí.
¿Será por la pérdida de memoria?
-Se levanta y se acerca a ella, mira el refrigerador también. No te preocupes, puedo cocinarte algo.
-¿Sabes cocinar? Vaya, eso es sorpresa. Se ríe.
-Tsk, como sea. Saca los ingredientes y los llena a la barra donde está la estufa. Cocinaré algo rico.
-Mmm, me gustaría probar tu comida. ¿Es la primera vez que lo hago?
Realmente no, a veces mi mamá invitaba a su familia a comer y ella iba, realmente el que siempre cocinaba era yo, mi madre dice que lo hago mejor que ella, pero no es para alardear. Uraraka siempre elogiaba mi comida, aunque yo no le prestaba mucha atención.
-No. Cortando los ingredientes.
-Vaya, eres muy bueno manejando los utensilios de cocina. Mira lo que hace.
-Tsk, es fácil.
-Uy, lo siento, señor perfecto. Lo mira.
-Tú rostro es muy familiar para mí. Pero no recuerdo más de ti, háblame de nuestras vivencias juntos.
-¿Qué rayos quieres que te diga? Nos conocemos desde niños, es todo.
-¿En serio? Creí que éramos cercanos.
-No, nunca hemos sido cercamos.
-Oh, claro. Tú eres un poco explosivo, tal vez por eso siempre estás enojado, por eso no nos llevábamos bien. Sonríe.
-No es por eso. Sigue cocinando y alza un poco la voz.
-Huh. Se sorprende. Entonces, ¿a qué se debe que nosotros no éramos cercanos?
-No lo sé. Evade la pregunta.
-Todo tiene una razón y también un porqué. ¿A caso estás enamorado de mí pero no me dijiste nada y sólo te alejaste?
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Desearía que pudieses recordarme.
Fanfiction~Fanfic Kacchako~ (No habrá poderes en esta historia, pero si serán los mismos personajes y personalidades.) Todo se remonta a tercero de preparatoria, en una escuela normal. Uraraka Ochako, una chica castaña, risueña, alegre, bella y estudiosa, es...