Capítulo #9 [La escuela]

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Narradora:
Ambos despertaron de golpe, llevándose una gran sorpresa al ver de qué manera se habían quedado dormidos. Uraraka cayó al piso, pero colocó las manos para no golpearse la cabeza. Bakugo se sobresaltó y la ayudó a levantarse, ambos se pusieron de pie, un poco ruborizados, mientras Momo y Midoriya veían toda la escena.

—¿Qué pasó durante nuestra ausencia? Los miro.

—Parece que se divirtieron. Levanta una ceja y coloca las llaves de su auto en la mesita de la sala.

—No pasó nada. Frunce el ceño. —Nos quedamos dormidos y ya. Se voltea un poco enojado.

—No saquen conclusiones. Nerviosa. Veíamos una película y al parecer nos quedamos dormidos... Juntos. Se ruboriza.

—Además no tenemos porque darles explicaciones, no hicimos nada malo. Se voltea y gruñe.

—Bueno, en eso tienen razón. Se contenía la risa junto a Momo.

—Aunque fue divertido como se despertaron y cayeron al suelo. Comienzan a reír a carcajadas.

—NO LE VEO LO GRACIOSO A ESO. Voltea a mirarlos, enojado.

—Ya, está bien. No nos reímos más. Suelta una pequeña risita final y se seca las lágrimas que le habían causado reírse tanto antes. Es tarde, Bakugo, ¿quieres quedarte a cenar?

—Maldito nerd... Susurra. No, gracias. Iré a cenar a casa con mis padres. Suficiente tengo con saber que los veré diario en la escuela. Se cruza de brazos.

—Bien, como quieras. Lo mira. Por cierto, gracias por estar pendiente de Uraraka. Midoriya y yo queremos recompensarte por eso. Le da un sobre. Ábrelo cuando llegues a casa.

—¿Bien? Levanta una ceja. Ja, agradecerme por estar al pendiente de ella. La mira. Si no fuese por mis habilidades en la cocina, hubiera muerto de hambre. Se ríe burlescamente.

—Cállate. Se cruza de brazos. No eres el mejor cocinero del mundo, bájale a tus humos, mecha.

Los tres chicos se quedaron boquiabiertos por la respuesta de Uraraka.

—¿Ah? ¿Qué quieres decir con eso? Dijo en tono molesto.

—Creo que ya es muy tarde... Hace como que mira su reloj. Uy, mira que tarde es. Dijo sarcásticamente y lo empuja desde los hombros de donde estaba hasta la puerta. Nos vemos mañana.

—Maldito, Izuku. Suéltame, yo puedo irme solo, tsk. Se limpia los hombros. Adiós, tontos. Se dirige hacia su casa.

—Fuuu... Suspira. Estuvo cerca, creí que moriríamos.

—Uraraka-san, debes tener más cuidado con lo que dices. Ese chico es muy fácil de irritar. La mira.

—Lo sé, sólo que siento que el enojarlo me causa un poco de diversión. Sonríe discretamente.

—Lo será para ti, yo vi mi vida pasar por mis ojos. Secó el sudor de su frente.

—¿Es tan malo como dicen? Los miró a ambos.

—Bueno... Pues no es el mejor chico que digamos. Se encogió de hombros.

—Suele ser un poco intenso y agresivo. Mira a Momo y luego a Uraraka. No tiene tacto con las personas, es muy irritante.

Se mira las muñecas con un ligero enrojecimiento y coloca sus manos detrás de ella. Vaya, apenas lo estoy conociendo de nuevo y me llevo varias sorpresas. Se pone nerviosa.

Desearía que pudieses recordarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora