Capítulo #3 [¿Quién soy?]

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Narradora:
La ambulancia llegó en menos de 10 minutos y colocaron a Uraraka en la camilla. Momo se fue con ella y llamó a sus padres, al igual que a Midoriya. Él llegó unos minutos después de que internaran a la chica.

Narra Midoriya: Me encontraba preparándome un sándwich en la cocina para seguir estudiando, el examen de mañana sería de los más difíciles, pero no me preocupe, ya que estoy preparado

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Narra Midoriya:
Me encontraba preparándome un sándwich en la cocina para seguir estudiando, el examen de mañana sería de los más difíciles, pero no me preocupe, ya que estoy preparado. En eso escuché mi teléfono sonar y respondí a la llamada. Era Momo con una noticia que me hizo sentir terriblemente angustiado, le avisé a mi madre y a mi tío que me dirigía al hospital, él se ofreció a llevarme. Por cierto, mi tío, Toshinori Yagi, es maestro en la preparatoria, su materia es deporte. Regresando a lo que estaba pasando, en el camino no pude evitar sentirme muy preocupado, sólo quería que mi mejor amiga estuviese bien. Al llegar me despedí de mi tío y me baje corriendo de su auto, subí al piso que Momo me había dicho y la vi ahí parada.

-¡Momo! Agitado.

-Midoriya, yo... Sollozando.

-¿Qué pasa?, ¿por qué lloras?, ¿ella está bien? Preocupado.

-Aún no me han dicho nada, tiene unos minutos que llegamos en la ambulancia y me quedé aquí en el pasillo a esperar informes. Saca un pequeño pañuelo y se seca las lágrimas. Lloro porque... Me siento culpable, Midoriya.

-Tranquila, nadie se tiene la culpa. Por lo que me contaste en la llamada, fue un accidente... Pero, aún no me queda claro porque salió corriendo de esa forma. Coloca una mano en su barbilla, símbolo de que está pensando.

-Bueno, no te conté todo lo qué pasó. Lo mira.

-Abre los ojos como platos y la mira. ¿Qué?, ¿qué esperas para contarme?

-Salimos del salón de belleza y enfrente de esta, hay una cafetería...

-Ajá, sigue...

-Afuera, en donde están los espacios y mesas para tomar algo, vimos a Bakugo y una chica de la escuela besándose como si no hubiese un mañana, creo que Uraraka se sintió terriblemente mal, tú más que nadie lo sabe. Suspiró y miró la puerta de la habitación. No pude hacer nada para detenerla, si tan sólo me hubiese percatado antes o ido tras ella, no estaríamos aquí. Bajó la cabeza.

Ese bastardo, todas las cosas malas que le han pasado a Uraraka han sido todas su culpa. Cuando teníamos 5 años, los padres de Uraraka le regalaron un vestido rosa muy lindo, que ella amaba y le gustaba llevarlo al preescolar, un día Bakugo estaba jugando con unas tijeras y le cortó los arreglos de encaje que tenía, ella lloró mucho. Ah, también cuando cumplimos 12 años, estábamos en la calle del vecindario de Uraraka jugando con cometas, Bakugo se encontraba enfrente jugando con un balón de fútbol, al día siguiente era el día de la foto escolar y mi mejor amiga había estado cuidando su rostro por mucho tiempo, ya que al empezar la pubertad, le salían muchos granos. En eso, ese idiota pateó el balón en nuestra dirección para molestarnos y le dió justo en la cara, le quedó un ojo morado y tuvieron que tomarle la foto así. Vaya, hay muchísimas cosas más pero tardaría horas en recordarlas todas, parecen ser simples accidentes, pero realmente a Bakugo no le agrada Uraraka, lo más cruel que pudo hacerle fue lo más reciente. Me duele mucho que sea tratada así por un ser de la que ella siente tantas cosas especiales. Momo y yo procedimos a sentarnos en unas pequeñas sillas de espera que estaban en el pasillo, fuera de la habitación de Uraraka. Esperamos por unas horas y Momo recibió un mensaje de los padres de Uraraka.

Desearía que pudieses recordarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora