~Fanfic Kacchako~
(No habrá poderes en esta historia, pero si serán los mismos personajes y personalidades.)
Todo se remonta a tercero de preparatoria, en una escuela normal.
Uraraka Ochako, una chica castaña, risueña, alegre, bella y estudiosa, es...
—No tengo porque darte explicaciones aquí. Toma de la mano a Midoriya. Hablaremos en casa. Se va junto con él.
—ESTO NO SE VA A QUEDAR ASÍ, SHOTO. Dijo, viéndolos irse por los pasillos de la escuela.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Midoriya:
Me encontraba caminando, siendo casi arrastrado por mi pareja.
Estaba en un estado de shock, no podía ni abrir la boca.
La situación en la que estábamos era delicada y sabíamos que en algún momento podía suceder, no lo queríamos de esta forma...
—Midoriya, no lo pienses mucho. Todo estará bien, llevo tiempo pensando en esto. Aún de espaldas y caminando. No voy a dejar que nadie me arrebate lo que más quiero.
—Shoto...
Apenas pude pronunciar su nombre.
Me siento mal con todo esto.
—No quiero ser una carga para ti, Shoto. Te quiero demasiado como para darte problemas... Triste.
—Nunca serás un problema, me aferraré a ti. Confía en mí. Saliendo de la escuela y abrazándolo fuertemente. No vuelvas a decir que eres una carga, me duele mucho escucharte hablar así de ti mismo por una situación tan ligada a mí.
—Bien, hagamos las cosas bien de ahora en adelante. Iré contigo a hablar con tu padre y ambos le daremos la cara. Lo separa y lo mira directamente a los ojos.
—No, yo hablaré con él. Tengo unas cosas más que decirle, pronto te enteraras. Lo mira. Tranquilo, no es nada malo. Esboza media sonrisa.
—Confío en ti. Un poco cabizbajo. Te quiero. Sonríe forzosamente.
—No te pongas así, no pienses en nada más que en mí y que te voy a escoger sobre todas las cosas. Toca su mejilla.
Me sentía tranquilo al escuchar sus palabras.
Debía evitar pensar las cosas de más, todo iba a salir bien.
Después de eso, me llevo a casa de Uraraka, ya que los chicos se habían ido, tal vez se percataron de la situación y no quisieron intervenir por nuestro bien.
Él se dirigió a su casa sin no antes darme un beso de despedida y decirme otra vez que todo estaría bien entre nosotros, pasara lo que pasara con su padre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
