La cacería

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Había mucha sangre en el piso, descontrolada la manada tuvo que irse con James. Rafaella tampoco resistió mucho, se largó a su casa poco después de lo sucedido. Marian yacía inconsciente en el piso de mi sala, Thomas se retorcía del dolor, incapaz de producir cualquier sonido... Jeff, por otra parte chillaba agonizando, pues el no tenia ninguna clase de herida.

Fue realmente difícil explicarles lo que estaba sucediendo,por suerte mi madre se encontraba allí y me ayudó. Se paso limpiando la sangre del piso, yo seguía conteniendo la respiración, obligándome a mi misma... Valla cumpleaños feliz que había tenido. James volvió y me trajo un par de venados para cuando la metamorfosis de los chicos terminara.

- Crees que sea suficiente con estos?- Me preguntó James seriamente.

- Claro, deja los por allí- Le respondí señalando un rincón en la sala.

De pronto Marian se incorporó bruscamente, la expresión en su rostro iba de confusión a terror, y viceversa.

- Que fue lo que paso?- Dijo ella volteando a todos lados.

- Te lo explicaré... Dame tu mano- Le dije con calma, pero ella se tapó los oídos.

- No me grites!!- Trato de ponerse de pie, pero estaba muy débil como para siquiera gatear.

Tome una de sus manos y le enseñé todo lo que eramos, como sucedió y porque, también le enseñé nuestros enemigos y que no debe de tomar sangre humana... Le llené el cerebro de toda la información necesaria para que entendiese todo y tratara de calmarse.

- BASTA!- Dijo empujando me- Me niego! ME NIEGO!!

Se paró y trato de dar unos pasos, pero de inmediato se calló... Trate de ayudarla, pero se safó de mi agarre.

- Suelta me! Monstruo!- Dijo ella... No me ofendí pues simplemente estaba en negación.

- Ahora tu también eres así- Le conteste con calma.

- NO QUIERO!!!- Volvió a decir tratando de pararse sin éxito- Por que no me puedo parar?

- Estas muy débil, debes beber sangre animal- Le dije señalando el venado mas cercano- Así recuperarás fuerzas.

- Como me quito esto? Como dejo de ser así?- Pregunto ella por lo bajo.

- Muriendo- Dije yo, frustrada- Que por cierto, es casi imposible.

Su expresión pasaba de asco a miedo hasta sorpresa, me miro impasible.

-Bien! Sangre de animal eh?

-Si... Básicamente.

Me levante y le atraje un ciervo.

- Dame tu mano- Dije extendiendo un brazo hacia ella, esta me lo dio y le hice sentir la piel del animal- Sientes eso? Es la yugular, muerde y succiona.

Ella me miró nerviosa pero obedeció, la ayude a acercarse al animal y casi con desesperación mordió el cuello del ciervo y lo dejó seco en segundos.

- Ahora debes sentirte mejor...

- Si, ahora si- En cuanto termino de decir eso salio disparada de mi casa. Yo salí tras de ella.

- NO PUEDES HUIR DE ESTO MARIAN!!!- Le grite desde la entrada del bosque- No puedes...

Me dirigí de nuevo a mi casa.

- Yo la traeré- Dijo James saliendo de mi casa.

-No... Ella vendrá sola, solo cuida la.

- De acuerdo... Ya despertaron.

La leyenda del licantropiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora