La leyenda del licantropiro

lo que paso despues...

Lo que paso después es mucho menos agradable.

Pasé los primeros años de mi vida encerrada en mi casa tratando de controlar la fuerza y velocidad que había adquirido tras la metamorfosis. Seria un problema cuando entrara al jardín de niños, podría matarlos a todos si me molestaran lo suficiente para que mis instintos salieran a relucir, pero no fue un problema.

A los 2 años ya hablaba y caminaba casi a la perfección y era consciente de quien era, lo que era y lo que podía hacer, así que de alguna forma había logrado encontrar el control sobre mi misma... Pero había algo que me hacía perder el control por completo. Sangre humana.... Con solo oler una gota de sangre era como despertar mis instintos depredadores al instante, y lo peor de todo es que si bebo esa sola gota de sangre... Muero... Es bastante ridículo, tener tanta fuerza, velocidad y poderes si muero con lo mas simple del mundo ¡sangre humana!.

Al entrar a la escuela era peor... Los niños eran muy torpes y podían cortarse por accidente casi con todo... Por eso me alejaba bastante de mis compañeros, para no hacerles daño... Solo me juntaba con ellos para los trabajos y exposiciones.

Algo que si me gustaba hacer era deporte... Por que les ganaba a todos corriendo, en gimnasia o en cualquier cosa que requiriera agilidad física. Aunque también era bastante inteligente para mi edad, ventajas que debía disimular, si llamaba demasiado la atención seria otro problema mas.

Pasaron los años y yo cada vez mas podía controlarme mejor... Podía alimentarme con comida humana o con cualquier sustituto de sangre, ya sea una fórmula o simplemente sangre animal... Con cualquiera de esas estaba bien. También seguía teniendo los mismos compañeros de siempre, aunque ellos no notaran mi existencia, yo me daba cuenta de todo y de todos.

Mi madre y yo seguíamos en contacto con James e Ian, normalmente nos veíamos en la noche por que James se quemaba al instante con el sol.... Pero yo no por que soy parte licántropo.

-Oyeeee tu si que estas grande!!!!!- Dijo Ian como siempre tan cariñoso... Demasiado, James le dio un manotazo en la cabeza y este dejó de babear.

-Y que has aprendido a hacer con tus "poderes"-Hizo comillas con los dedos.

-Pues.... Ahora puedo mover cosas pequeñas con la mente sin tanto esfuerzo.... Mira te enseño- Busque con la mirada algo un tanto pequeño y visualice un jarrón, lo mire con atención y mentalmente le ordene que se elevara... Este lo hizo sin problemas, hice que diera un par de giros en la sala y lo devolví a su posición original.

-Impresionante!!!! Genial!!!! Y como va lo de leer mentes???- Sinceramente en ese momento era pésima haciendo eso.

-No muy bien... No escucho casi nada... Así me concentre demasiado, a veces escucho pero luego se va- Aclare decepcionada.

Esa noche no dormí hablando con ellos.... En realidad solo duermo para soñar,  por que no era necesario para mi el hecho de dormir.

Ya cuando tenia 13 años estaba ya entrando al bachillerato,  estaba mas alta, mi cabello estaba por la mitad de la espalda, mi cara se habia perfilado mas, mi piel era lisa y mi figura... Pues era como la de una adolescente normal de 13 años y según Ian estaba mas hermosa que nunca.

-Prométeme que en cuanto salgas te iras a casa. ok?- Decía mi mama nerviosa el primer día de clase. Yo estaba ya acostumbrada a que me diera sermones de lo que tengo que hacer y lo que no.

-Mamá tranquila... Hace años que siempre me dices eso y todavía no a pasado nada.... Ya estoy grande. Y se cuidarme sola desde los 5- Se le aguaron los ojos... Aaay no, que e hecho?

-Fue la primera vez que te lograste transformar en ese lobo blanco gigante-Decía entre sollozos.... Yo la abracé con fuerza y le di un beso en la mejilla a la vez sintiéndome un poco incomoda por la situación... Me baje del auto y camine hasta la entrada donde estaban todos reunidos.