Capítulos complementarios de mi fanfic de Doctor Who. No pasa nada si los leen.
Pondré especiales como agradecimiento y celebración de cumpleaños de cast.
*Spoiler alert*
Puede contener spoilers de todas las temporadas de Doctor Who y del fan fic "...
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El Miedo es un Superpoder
Gallifrey, hace mucho tiempo
El Doctor se encontraba viendo a Elizabeth entre tanto los dos se encontraban sentados sobre el suave pasto mientras los árboles destellaban un reflejo de color plateado. Él acomodó un mechón de su amada atrás de su oreja mientras recordaba las palabras de la desconocida que le había hablado en sus sueños. El Doctor no recordaba si todo había sucedido en realidad o todo había sido parte de su imaginación. Él no lo sabía, pero estaba seguro de que esas dulces palabras lo habían tranquilizado esa noche que había ido al granero para esconderse de los demás niños que se habían burlado de que su sueño era convertirse en un señor del Tiempo y para estar solo con su sueño imposible en ese entonces.
- ¿Qué sucede? - preguntó Elizabeth confundida por la reacción de su acompañante.
- Nada - respondió con una sonrisa.
- Te conozco - empezó a acariciar su cabello para tranquilizarlo -. Está bien si no me quieres decir. Entiendo que hay cosas que prefieres guardártelo para ti mismo.
El Doctor soltó un suspiro para dirigir su mirada hacia el cielo. Elizabeth se les quedó viendo y luego agarró la comida que se encontraba en el canasto que el Doctor se había encargado de llevar. Esos momentos a solas era cuando lo demás no les importaba y tenían como aliado a Richard para asegurarse de que nadie interrumpiera su mundo creado para poder ser ellos.
- Elizabeth, es que es una locura cada vez que lo pienso y lo recuerdo. Creo que si lo digo en voz alta, pensarías que perdí la cabeza.
- Bueno - ella puso su mano sobre el Doctor haciendo que obtuviera la atención de él -. Creo que eso me tocaría a mí juzgar, ¿no lo crees?
El Doctor asintió con la cabeza mientras trataba de pensar en las palabras adecuadas para no parecer que había perdido por completo la cabeza y que Elizabeth no lo enviaría directamente a un manicomio. Era una locura cuando lo pensaba. Constantemente se repetía que era solamente era un sueño y todo había sido producto de su imaginación. En cuanto alzó la cabeza, no dudo que Elizabeth no lo juzgaría, no como lo habrían hecho los demás niños con los que convivía antes de entrar a la Academia.
- Está bien. Prométeme que no te reirás cuando lo diga en voz alta, porque está sonando demasiado loco dentro de mi cabeza - ella asintió al escucharlo -. Necesito que me lo digas.
- Está bien. Prometo escucharte y no burlarme de ti por lo que sea que vayas a confesarme - comentó Elizabeth agarrándole de la mano -. ¿Así está mejor?
- No como lo pensaba, pero sí. Ya tenía suficiente cuando era niño y no se lo he contado a nadie.
- Sabes que nunca me burlaría de ti cuando es algo serio e importante para ti. ¿Acaso te olvidas que por eso nos convertimos en amigos?
