Capítulo 3

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SAINT

Mew ha concertado la cita para que conociera a mi guardaespaldas a las 9 de la mañana en las oficinas del estudio. No sé hasta qué punto debo contarle a ese desconocido mi vida y lo que hago en mi trabajo. Mew me ha asegurado que hay un acuerdo de confidencialidad en el que nadie que trate conmigo pude contar a lo que me dedico. Sé que mis películas son exclusivas para nuestros clientes y que nunca se han filtrado por internet y que no se visualizan en este país. Pero tengo miedo que esto salga a la luz y estropee mi sueño de ser abogado algún día.

Llego puntual a mi cita y entro en la sala de reuniones de la planta superior. En ella ya se encuentran Mew y Kao. Además, está presente el hombre que se hará cargo de mi protección y con el que tengo que convivir por ahora 24 horas del día.

—Bienvenido Saint, toma asiento por favor— me dice Mew.

Separo la silla que está a su lado y que me deja justamente enfrente del hombre más hermoso que he visto jamás. Su pelo totalmente negro cubre su frente y sus gruesas cejas. Tiene un aire de seriedad que repercute en mi entrepierna de inmediato.

—Saint te presento a Zee Pruk, será el encargado de tu seguridad hasta que demos con tu acosador— me presenta mi manager.

—Encantado de conocerte Saint – me dice mientras me ofrece su enorme mano.

Yo se la estrecho con una sonrisa y él me da un apretón fuerte y decidido, joder si es así siempre creo que me va a dar algo antes del almuerzo.

Hago como si nada e intento que mi sonrojo no se note demasiado y lo saludo con una de mis mejores sonrisas. ¿Pero qué coño estoy haciendo? ¿coqueteando? Saint para ya, me reprendo a mí mismo.

La siguiente hora la pasamos repasando mis rutinas de la semana y cómo van a cambiar a partir de ahora. Zee me explica con lujo de detalles como vamos a tratar el problema que tengo. De momento por las mañanas él me acompañará a la universidad y por las tardes su segundo al mando me servirá de escolta cuando vaya a trabajar. Por la noche será Zee el que esté conmigo. Mew propuso que alquilaran un piso en mi edificio donde se mudaría Zee para poder estar más cómodo y así controlar las entradas y salidas.

De repente y sin saber cómo me descubro diciéndole a Zee que puede quedarse en mi habitación de invitados. Él me mira con una cara que no puedo descifrar y después de mirar hacia Kao acepta casi de inmediato.

Joder Saint ¿en qué coño piensas?, ¿un hombre escultural que te atrae como nadie desde hace mucho tiempo viviendo en tu casa?

En fin, el daño ya está hecho y ahora tendré que lidiar con las consecuencias de mi impulsividad.

Tengo que irme a la universidad, por lo tanto, me levanto y Zee hace lo propio para acompañarme hasta mis clases, tal como hemos acordado. Intento pensar que es todo muy profesional y que debo relajarme, pero ese cuerpo que veo cuando se levanta del asiento no va a ponérmelo fácil. ¡Por Dios Santo! Ese cuerpo está hecho para el pecado, fuerte torso y hombros anchos, piernas espectaculares y un culo que mejor ni pienso que podría hacerle. Intento controlar mis sentimientos y salgo derecho al aparcamiento sin mirar atrás.

De repente siento una mano que me frena cogiéndome del codo. Consigo girarme y me encuentro de frente con Zee.

—Iremos en mi coche es más seguro— me dice con gesto serio.

Yo lo miro y parpadeo como un idiota, pero qué coño me hace este hombre.

—Saint, en lo sucesivo no puedes ir solo por ahí, tienes que esperar a que pueda inspeccionar el lugar por si no es seguro. Usaremos mi coche y no estarás solo en ningún momento.

—Creía que había quedado claro en la reunión los términos de esta relación— me dice completamente en serio.

Yo lo miro con perplejidad y no sé cómo explicarle que me he perdido la mitad de la reunión fantaseando con él y con mi lengua dentro de su boca o con su polla en la mía. No sé por qué me enfada muchísimo que me trate tan fríamente. Pero ¿qué esperaba? para él soy solo trabajo y yo tengo que dejar de pensar en él de otra forma. Todavía no sabe a qué me dedico, pero en cuanto lo sepa huirá de mi despavorido, eso ya lo he vivido y no pienso repetir la experiencia. Así que me centro, le digo fríamente que lo he entendido y le sigo hasta su coche.

El camino hasta la universidad lo pasamos en un incómodo silencio roto solo por la música que sale del equipo del coche blindado de Zee. Creo que es un poco exagerado tener que ir en un Hammer blindado enorme. Las esperanzas de pasar inadvertidos en la universidad se van al traste.

—No es un demasiado ir en un coche blindado, solo tengo un acosador que me hace fotos y que no creo que tenga un lanzamisiles. Llamaremos mucho la atención en la universidad— le digo con un mohín.

—Saint de momento no sabemos nada de ese tipo, pero está claro que conoce muy bien tu rutina y en cualquier momento puede perder la cabeza y atacarte. No me arriesgaré de ninguna de las maneras. Es mi trabajo y tiendo a hacerlo muy bien— me lo dice sin ninguna presunción, como si estuviera hablándole a un niño pequeño, con un poco de condescendencia. Esto hace que la rabia se apodere de mí, me calienta el cuerpo y me nubla la mente.

—No me trates como si fuera idiota Zee— le espeto. —Porque si lo haces esta relación acabará muy mal. Y sin esperarle me bajo del coche y me dirijo a mi primera clase del día.

Elección vital - ZeeSaint (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora