Capítulo 8

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SAINT

Me despierto como en una nube, los acontecimientos de la noche pasada me asaltan al momento. El cuerpo de Zee sobre el mío, su boca, su voz, sus besos todo es tan increíble que no creo que pueda aguantar tanta felicidad.

Me muevo con cuidado para no despertar a este precioso hombre que duerme a mi lado como si fuera un niño. Bocabajo con su brazo debajo de la cabeza y su boca un poco abierta, respira suavemente y yo no puedo dejar de admirar su belleza.

Zee tuvo el detalle de preparar una cena improvisada para mí. No me acuerdo cuando alguien hizo algo tan bonito por mí. Quise llorar y reír al mismo tiempo y desde el instante que lo vi al lado de la mesa con esa sonrisa suya supe que no podía dejar que se fuera de mi vida. Quería tener eso siempre y tenía que tener el valor para luchar por ello, todavía no sé cómo podré hacerlo, pero lo voy a intentar.

Mi trabajo será mi mayor obstáculo, lo sé, tengo que encontrar la manera de contárselo y hacerle saber por qué lo he hecho y espero gustarle tanto como para que me deje intentar hacerle feliz.

De momento este fin de semana lo quiero sólo para mí sin interrupciones, quiero conocer todo sobre él y quiero que conozca todo sobre mí.

Me levanto para ir al baño, mi vejiga necesita atención y quiero darme una ducha rápida para ir a preparar el desayuno para los dos. No son las 8 todavía, pero me siento tan descansado como si hubiese dormido 2 días.

Abro el agua caliente y dejo que se escurra por mi espalda, es relajante y placentero. De repente noto una mano que me abraza por la cintura. Veo a Zee entrando en la ducha y cerrando la puerta. Me doy la vuelta y le beso suavemente. Su desnudez es deliciosa, no sé cómo describir a este hombre que tengo la suerte de abrazar. Sus brazos son dos rocas y sus abdominales también, tiene un culo para el pecado y sus ojos me derriten por momentos. Compartimos este momento de intimidad y no puedo estar más seguro de que quiero esto el resto de mi vida.

Tengo miedo de que él no quiera así que no le digo nada, no quiero apresurar las cosas más de lo que ya lo están.

Sin decir nada él coge el gel y empieza a lavarme, pasa sus manos por mi cuerpo despacio y suavemente, como si fuese un objeto caro. No deja de mirarme y mi corazón va a explotar.

—Saint— me llama en un susurro.

—Hummm— le logro contestar.

—Esto que nos pasa, ¿está bien para ti? — me pregunta con una nota de nerviosismo en la voz.

Lo miro por un momento para comprobar si habla en serio y su expresión me dice que él quiere esto tanto como yo.

—Quiero aprender a conocerte, quiero intentar hacerte feliz, no solo quiero sexo de un día. ¿Para ti es igual? — logro contestarle.

Deja escapar un suspiro y me responde que sí, para él es igual.

Un sentimiento de pertenencia me inunda por dentro y lo beso como si no hubiese un mañana.

Me coge en brazos y me apoya contra la pared de azulejos. Yo enredo mis piernas en su cintura y lo acerco más a mí. No quiero que haya un hueco entre nosotros, recorro su espalda bien formada con mis manos, es una gozada tocar su piel. Busco alinear mi entrada con esa hermosa polla que tiene y me empujo hacia abajo lentamente.

—¡Dios, es tan bueno! — gimo en su oído.

—Saint, joder, eres tan perfecto, eres lo más hermoso que he visto en mi vida— me dice con esa voz grave que me excita hasta el infinito.

Elección vital - ZeeSaint (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora