Capítulo 4

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ZEE

Ya estoy en la oficina del estudio donde trabaja Saint. Me preparo mentalmente para el encuentro. Llaman a la puerta y él entra en la sala, lleva unos pantalones azules y una camisa de rayas que acentúan el color avellana de sus preciosos ojos. Las fotos no le hacían ninguna justicia, su piel es perfecta y esa boca rosa será mi perdición, estoy seguro.

Se sienta frente a mí y cuando me mira mi corazón da un vuelco. Le tiendo la mano en un intento de parecer profesional. Saint me la estrecha mientras me sonríe con esa boca hermosa. ¿Qué hace? ¿Coquetea conmigo? No tengo tanta suerte me digo a mí mismo, aterriza de tu nube Zee, solo está siendo amable.

Después de dar las indicaciones pertinentes Saint sale de la sala como alma que lleva el diablo con dirección el aparcamiento del sótano.

Sin entender muy bien lo que le pasa lo sigo y logro detenerlo antes de que llegue a su coche.

Cuando le digo que tenemos que usar mi coche y le recuerdo los términos de nuestro contrato me mira con una expresión extraña, asiente con la cabeza y me sigue hasta el coche.

No sé muy bien que pasa aquí pero su actitud es muy rara. ¿Se arrepiente de haberme pedido que viva con él? ¿Ha sido un impulso y ahora no sabe cómo llevarlo?

En el coche tenemos otra discusión y una vez hemos llegado sale disparado como un cohete.

Le sigo en la distancia mientras habla con sus amigos y va de clase en clase. Parece muy popular y no es extraño Saint es guapo y simpático, bueno con todos excepto conmigo. Repaso mentalmente lo que podría haber hecho mal para no merecer su simpatía, pero sigo sin encontrar nada.

Sobre las 3 Saint termina sus clases y lo espero en el aparcamiento, llega corriendo con su pelo alborotado y sus mejillas sonrosadas, ¡Dios! Quiere matarme.

—Hola Zee perdona la tardanza, ¿ya has comido? — me dice como si nada.

No sé a qué viene este cambio, pero lo pienso aprovechar, le sonrío y le digo que aún no había comido.

—Te invito a comer ¿qué te apetece? — me pregunta con sus ojitos brillantes.

—¿Sushi? — dejo caer con un hilo de voz.

—Me encanta el sushi, conozco un sitio genial en mi barrio muy cerca del apartamento.

—¿Vamos? — Me coge de la mano y me arrastra hasta el coche.

No sé qué ha pasado, pero me encanta este cambio de actitud. En el camino me habla de su día y lo poco que le gusta su nuevo profesor de derecho familiar. Saint es muy hablador, te cuenta todo con gran entusiasmo, también es muy divertido. Yo solo puedo mirarlo de reojo y asentir a todo lo que dice. No sé cuánto tiempo podré sobrevivir sin besarlo estoy jodido, pero bien jodido.

SAINT

Salgo corriendo del Hammer de Zee y veo por el rabillo del ojo que me sigue a todas partes.

En la cafetería me encuentro con Mean y Plan mirándose como si no existiera nada más en el mundo. Su amor me empalaga así que les digo que se busquen un hotel y los llamo pervertidos.

—Envidioso— me espeta Plan con una sonrisa.

Estos dos chicos fueron mis primeros amigos cuando llegué a la universidad hace 4 años y hasta hoy hemos tenido una bonita amistad. Claro está que ellos no conocen mi trabajo y espero que esto siga así, no sé si lo entenderían.

—Oye Saint quién es el maromo que te trajo esta mañana— me interroga Mean muy curioso.

—¿Cómo sabes eso? — le pregunto.

Elección vital - ZeeSaint (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora