Capítulo 29

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- ¿Qué te gustaría hacer primero querido? -preguntó Chae Ra cuando el auto en el que ella y Hwanwoong viajaban se detuvo frente a un semáforo.

-Pues... adonde usted quiera ir, no tengo ningún problema, lo que usted quiera está bien- dijo el joven con una tímida sonrisa.

- ¿Puedes dejar de ser tan formal? Me haces sentir más vieja de lo que soy- dijo la mayor en tono de reproche.

-Lo siento señ... digo, Chae Ra... esto, no tengo nada en mente en realidad...

-No te imaginas lo feliz que me hace que Youngjo haya encontrado a alguien como tú... ustedes serán muy felices juntos- el cambio de tema de conversación fue tan brusco que Hwanwoong no pudo evitar sonrojarse por unos segundos, pero inmediatamente se calmó y adoptó un semblante serio e incluso entristecido.

-Siempre y cuando a Youngjo no le toque ser padre... De lo contrario no veo ningún futuro para nosotros...

-Ese bebé no es de mi nieto... los únicos hijos que Youngjo tendrá son los que adoptará contigo- ahora sí que Hwanwoong no pudo detener el sonrojo que atacó la piel de su rostro.

-Chae Ra... por favor no diga esas cosas...

-¿Por qué si es la verdad? A ver... dime Hwanwoong ¿Qué sientes por mi nieto? -preguntó la señora, Hwanwoong le miró a los ojos, un tanto perdido, sin saber en realidad que responder.

¿Qué sentía por Youngjo? Muchas cosas en realidad. Tantas que no sabía cómo explicarlas o siquiera intentar definir alguna de ellas. Jamás había tenido tantos sentimientos encontrados por una persona, el rubio se había metido en su corazón, en su vida, de tal forma tan apabullante que daba miedo. Al principio no le soportaba, pero con cada día que pasaba su corazón se fue encariñando con él cada vez más.

-No sabría como explicarle... Cuando lo conocí admito que lo odiaba, el muy imbécil utilizó una deuda que mi padre tenía con su empresa para obligarme a... - el castaño cerró sus labios de golpe ¡¿Qué estaba a punto de decir?! No podía contarle todo a la abuela de Youngjo- pues... yo... eh...

-No te preocupes, Youngjo me contó todo- dijo la señora.

- ¿Todo? ¿A qué se refiere con todo? - preguntó Hwanwoong con incredulidad.

-Pues al contrato que hubo entre ustedes, con el cuál te obligó a obedecer sus caprichos por más de dos meses... puedes responder mi pregunta con toda la sinceridad.

-Bueno... ya que usted lo sabe, si, al principio le odiaba por todo el asunto del contrato aparte de que su actitud era una mierda... Pero con el pasar del tiempo me descubrí a mí mismo disfrutando de su compañía... llegó un momento en el que ya no me sentía obligado a estar con él... dejó de ser arrogante y un hijo de... eso, me hacía reír, me contó muchas cosas... le gustaba mucho hablar de usted... De verdad no sé si lo que siento es amor o no, sólo sé que me gusta mucho estar con él y que cada vez que pienso que puede que no le vuelva a ver... que puede que tenga que dejarlo ir... mi pecho se oprime de una forma tan dolorosa que me dan ganas de llorar... -Sin quererlo los ojos de Hwanwoong se cristalizaron, sin embargo, no fue suficiente para que derramara una lágrima, parpadeó varias veces y respiró profundo, para eliminar el temblor en su voz- Yo en realidad quiero mucho a su nieto... es un imbécil y un bastardo, estúpido, arrogante... Pero así me enamoré... De él...

-Y él se enamoró de ti... lo mismo me pasó con el abuelo de Youngjo, él era un arrogante que creía tener todo y a todos a sus pies... hasta que llegué yo y le bajé de su nube... Era el hombre más odioso que había visto en mi vida... Y terminé total y absolutamente enamorada, como una estúpida y los 28 años que viví junto a él, fueron los mejores de mi vida... Yo quiero que Youngjo tenga eso, que ustedes lo tengan.

-Yo no quiero ilusionarme, si esa chica, Camil, resulta decir la verdad no pienso meterme en su camino, no le quitaré a ese niño el amor de su padre... Jamás podría... -Chae Ra le miró con una sonrisa, sin mostrar sus dientes, con una mirada brillante. Por un momento San recordó la mirada de su madre.

-Eres demasiado bueno... ahora estoy segura que la persona que tiene que estár al lado de mi nieto eres tú... él te ama, Hwanwoong. De verdad que lo hace, como tú ni te imaginas, espero que siempre tengas pendiente eso...

Hwanwoong no fue capaz de responder, simplemente bajó su vista a sus manos entrelazadas sobre su regazo.

Olvidarlo... Jamás lo haría, por supuesto que lo tendría pendiente, como no si cada día rogaba con todas sus fuerzas poder tener una oportunidad, sólo una más, de poder estar junto al rubio. Claro que lo tenía presente...

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-Chae Ra... creo que esto es, no lo sé... demasiado- dijo Hwanwoong mirándose al espejo.

En las últimas tres horas se la habían pasado de tienda en tienda, y la mayor le había convencido (obligado) para que se probara diferentes atuendos, los cuales fueron escogidos por ella.

Y ahí se encontraba, con unos pantalones negros de cuero, muy, muy ajustados, que acentuaban sus piernas y podría jurar que hacían que su trasero se viera más grande, una camisa en color negro, totalmente transparente, con una cinta en el cuello con la cual se podía hacer un lazo, todo acompañado por unas botas negras, con un poco de tacón.

-A Youngjo se le pondrá dura sólo de verte... ¡Nos llevamos ese! -comentó la señora entusiasmada ignorando las palabras antes dichas por el menor.

-¡Chae Ra!- Hwanwoong gritó y se puso rojo, había descubierto que la mayor era muy despreocupada y que no tenía ningún tipo de filtros a la hora de decir las cosas- De verdad no hace falta... ya me ha comprado suficiente ropa... No quiero abusar...

-Pequeño ¿Qué te cuesta hacer feliz a una pobre vieja? No he podido hacer algo como esto desde que Youngjo se fue a la universidad...

-La entiendo, pero me apena que esté gastando tanto en mi... - Hwanwoong de verdad sentía vergüenza, ya tenía por lo menos unas 10 bolsas de las tiendas que habían visitado antes que esa y sentía que no era apropiado aceptar tantos regalos. Chae Ra resopló y puso los ojos en blanco.

-Hagamos algo querido, apostemos para ver quien decide, si tu ganas yo ya no te compraré nada más... Pero si gano yo tendrás que aceptar mis regalos y también invitar a Youngjo a salir esta noche, tendrás que ir con ese atuendo- dijo la mujer con una gran sonrisa.

-Bien -aceptó Hwanwoong, creyendo que ganaría.

Jugaron pierda, papel o tijeras.

Al parecer ese juego no se le daba bien a San.

-¡Gané! -gritó Chae Ra- Quítate esa ropa para poder ir a pagarla... ¡Youngjo se va a morir cuando te vea con ella esta noche... ¡De seguro terminarán follando como en las películas! - Hwanwoong le miraba con la boca abierta y las mejillas rojas- vamos querido, no tenemos tiempo que perder... debemos comprarte un perfume... Y accesorios... ¡Ir a la peluquería! Si, para que te arreglen el pelo...

Hwanwoong no supo exactamente en qué momento se vio arrastrado por todo el centro comercial por una señora eufórica y demasiado extrovertida, pero no podía negar que ese había sido el mejor día de su vida desde que su propia abuela había fallecido.

No tardó mucho tiempo en contagiarse por la energía de la señora.

Ahora entendía por qué Youngjo la quería tanto, era una mujer increíble, un poco loca, pero increíble. 

 𝕋𝕠𝕩𝕚𝕔 - 𝕐𝕠𝕦𝕟𝕘𝕨𝕠𝕠𝕟𝕘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora