Capitulo 20

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Youngjo caminó ignorando las miradas curiosas puestas sobre su persona, apresuró el pasó en dirección a su oficina sin prestarle atención a su alrededor.

-Buenas tardes señ... señor Kim... -Lisa no pudo disimular en cuanto su jefe se detuvo frente a su escritorio- ¿Quiere que le traiga una compresa con hielo? - preguntó la joven en tono preocupado.

El pelinegro negó con la cabeza.

- ¿Ya ha empezado la reunión?

-Lo hará en unos minutos señor, puede pasar a la sala de juntas- respondió la rubia cortésmente.

Youngjo dio un par de pasos, pero retrocedió.

-Lisa...

-Dígame señor.

-¿Puedo confiar en ti para lo que sea verdad? -la joven frunció el ceño, pero asintió inmediatamente- necesito pedirte un favor.

-Por supuesto señor.

-Necesito que investigues los mejores laboratorios de la ciudad, también quiero las referencias de sus médicos y directores, en cuanto lo tengas te presentas en mi oficina.

-De acuerdo señor.

-Y por favor, se lo más discreta posible.

-No se preocupe.

El pelinegro tuvo razón acerca de la reunión, se extendió por 2 horas completas e incluso un poco más, para cuando salió del edificio el sol ya se había empezado a ocultar, el cielo se había cubierto de nubes anaranjadas y rojizas.

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Ya había anochecido. Hwanwoong contaba con quedarse en su departamento viendo series.

Ahora que ya había tomado los exámenes finales, podía relajarse y disfrutar de un poco de tiempo a solas, pero ese no sería el plan.

El club de Jinyoung estaría cerrado un par de días, a causa de unas reparaciones. Había llamado al pelinegro para decirle que no pasara a buscarlo, pues este siempre lo hacía luego de terminado su turno. Pero Youngjo le había dicho que de todas formas iría a su departamento. Adiós a sus planes de unos momentos de soledad.

El timbre sonó poniéndole fin a sus pensamientos. No se molestó en preguntar quién tocaba, pues ya sabía de quien se trataba.

El castaño abrió la puerta e inmediatamente frunció el ceño en cuanto el pelinegro ingresó al departamento, cerrando la puerta tras su espalda.

- ¿Qué te ocurrió? - preguntó Hwanwoong.

-Una pequeña discusión con mi madre- respondió el pelinegro restándole importancia al asunto.

-Ven - Hwanwoong tomó la mano del pelinegro y le guio hasta su habitación- siéntate ahí- señaló la cama y se metió al cuarto de baño, cuando salió lo hizo con una pequeña caja blanca entre las manos.

La mejilla del mayor ya no estaba tan hinchada pero aún estaba roja y el pequeño corte cubierto de sangre que ya se estaba secando.

-No hace falta pequeño...

-Cierra la boca- Hwanwoong se sentó a su lado, y procedió con suma delicadeza a limpiar el pequeño corte, con algodón y alcohol, luego aplicó un poco de pomada.

- ¿Esto significa que te preocupas por mí? -preguntó el mayor con una sonrisa burlona, San puso los ojos en blanco y se puso de pie para volver al baño y colocar el botiquín en su lugar.

-No te hagas falsas ilusiones- dijo castaño saliendo del baño- simplemente no me costaba nada ayudar... ¿Puedo preguntar por qué discutieron? - el menor tomó asiento en la cama- debió ser algo muy importante como para haberte dejado la cara en ese estado.

-No logramos ponernos de acuerdo respecto a cierto asunto... Y las cosas se salieron un poco de control... pero siempre es así con mamá, se pone histérica cuando no se hace lo que ella quiera.

-Creo que la entiendo, es comprensible teniendo semejante bastardo fastidioso como hijo... ¡Oye!

Youngjo se abalanzó sobre el menor, empujando su cuerpo sobre el colchón y posándose sobre él.

-Se supone que estás de mi lado- dijo Youngjo. Hwanwoong negó con la cabeza.

-Soy una persona muy imparcial.

Youngjo descendió hasta que sus labios se encontraron con los contrarios, Hwanwoong correspondió el beso, llevando sus manos a los cabellos negros, le encantaba con se sentía aquella sedosa cabellera entre sus manos.

El pelinegro giró dejando que Hwanwoong se colocara sobre él. Este se enderezó rompiendo el beso.

- La playera- pidió el pelinegro, Hwanwoong obedeció despojándose de la prenda, quedando desnudo de la cintura para arriba. Youngjo le observó satisfecho, sobre su pecho y abdomemte aún se podían apreciar algunas marcas y mordidas que él mismo había hecho días atrás.

- ¿Qué tantas miras? -preguntó el castaño.

-Lo hermoso que eres.

Hwanwoong no supo que responder a eso, sin quererlo sus mejillas se tornaron de rojo, de repente se sentía cohibido frente al mayor. Golpeó su pecho suavemente.

-Deja... Deja de decir esas cosas imbécil- habló el menor desviando la mirada. Youngjo volvió cambiar las posiciones quedando él sobre el cuerpo del castaño.

-No es posible... No cuando actúas de esta forma... - el pelinegro se acercó al menor, depositó un suave beso sobre sus labios, luego otro y otro, hasta decidió aventurar su lengua y enredarla con la contraria.

En muy poco tiempo las palabras estuvieron de más y la ropa se hizo innecesaria.

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La semana llegó a su fin tan rápido como inició.

Al salir de la oficina del pelinegro, Hwanwoong saludó a la secretaria, Lisa, según recordaba ese era su nombre. Desde hace poco más de un mes, el castaño pasaba la hora del almuerzo con el pelinegro, de vez en cuando. Al principio se había negado rotundamente, pero Youngjo había hecho uso del contrato que habían firmado, recordándole al castaño que debía aceptar todo lo que al pelinegro se le antojara.

Suspiró observando todo a su alrededor conforme iba avanzando. Luego de dos semanas ya no tendría que volver a aquel edificio.

Creyó que aquel pensamiento le haría sentir bien, pero estuvo muy lejos de hacerlo, de hecho, fue todo lo contrario, un vacío se instaló en su pecho.

Y todo al pensar en la posibilidad de no volver a ver al pelingero.

Ya no servía de nada negar la verdad, Youngjo le gustaba, muchísimo. Jamás se había sentido así con una persona, recordó por un segundo cuando estaba en secundaria y fue traicionado, se prometió a sí mismo que no se volvería a enamorar. Pero ahí estaba su corazón... Acalorándose con cada palabra que salía de los labios del rubio, con cada mirada, con cada beso, cada caricia...

Sacudió la cabeza y alejó esos pensamientos de su mente e incrementó la velocidad de sus pasos para salir de allí lo más rápido posible.

Salió tan rápido que no se percató de la presencia de una chica y casi choca con ella.

- Disculpa... - dijo el castaño, con el propósito de seguir su camino, pero la joven le detuvo. - ¿Tú eres Hwanwoong? -preguntó la chica. Hwanwoong la miró de pies a cabeza, era muy bonita y vestía ropa elegante, pero algo en ella no le dio buena espina.

- Si, soy yo.

- ¿Me acompañas? Debo hablar contigo.

-No creo haberte visto antes... ¿Acerca de qué querrías hablar conmigo? -preguntó el castaño extrañado.

-Sobre Youngjo - respondió la joven, sin disimular el evidente desprecio en su mirada.

Hwanwoong frunció el ceño ligeramente, estaba empezando a tener un mal presentimiento.

 𝕋𝕠𝕩𝕚𝕔 - 𝕐𝕠𝕦𝕟𝕘𝕨𝕠𝕠𝕟𝕘 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora