En el gris de tus ojos [Libro I saga "Miradas"]

2| L o r e n e

Siempre brillaras- TINI

Charlotte

Despertar temprano nunca fue mi fuerte, pero debía ser responsable y salir de la cama para empezar mi día y hacer cosas productivas. Me dirigí a mi maleta donde todavía tenía algunas cosas─mis productos de aseo─ saqué mi cepillo de dientes junto a la crema dental.

Luego de haberme aseado en la ducha─porque no tenía lavamanos─ tomé mi teléfono, me senté en la cama y llamé al número de la noche anterior.

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

─¿Hola?─ se escuchó al otro lado, la voz de una mujer─ ¿Con quién tengo el gusto de hablar?

─Hola, buenos días, me llamo Charlotte Grant, vi en un anuncio de internet que busca alguien para el puesto de niñera.

─Oh sí, dime Charlotte, ¿Cuántos años tienes?

─Diecinueve.

─¿Tienes experiencia en esto de los niños?

─Se me dan bastante bien la verdad.

─ Bueno, en ese caso, ¿Cuándo estás libre para poder hacerte una entrevista?

─ Ahora estoy libre, pero dígame un día...

─ Genial, entonces...¿Te parece si en media hora quedamos en algún café?  Por cierto, mi nombre es Lorene. Si es así te pasare la dirección por mensaje de texto.

─Sí sí, me parece genial, muchas gracias Lorene.

─No hay de que, nos vemos Charlotte.

Cuando colgué la llamada solté un gran y exagerado suspiro. Hasta ahora todo había salido bien. Demasiado rápido para ser verdad.

Luego de vestirme decentemente, salí de mi mini-departamento, una vez fuera del edificio me fije en la dirección que Lorene me había enviado, según el GPS de mi teléfono quedaba a varias cuadras, tenía poco tiempo y el poco dinero que tenía era para el café, así que tendría que tomar el transporte público, como era costumbre.

***

Una vez en la entrada de la cafetería le envié un mensaje a Lorene para avisarle que me encontraba en el lugar, cuando levanté la mirada de mi celular vi a mi lado a una mujer de alrededor cincuenta años, castaña, con unos ojos color avellana que decían "amabilidad" por donde los vieras, era un poco más baja que yo, algo regordeta, y hasta me pareció tierna.

─¡Hola!¿Eres Charlotte Grant verdad?─me preguntó amablemente la señora, que supuse debía ser Lorene.

─Hola... sí, soy Charlotte y usted debe ser Lorene ¿No es así?

─ Estas en lo correcto cariño, ven pasemos, ya reservé una mesa.

La mujer pasó delante de mí al local, haciendo una seña hacia mí indicando que la siguiera. Una vez en la mesa, tomamos asiento, el camarero del sector se acerco rápidamente.

─Buenos días, soy Scott y seré su camarero esta mañana ¿Qué desean ordenar?─ preguntó amablemente el muchacho

─Buenos días, yo pediré un té verde con unas tostadas francesas─ le respondió sonriente Lorene─¿Qué ordenas cariño?─ esta vez se dirigía a mi.

─Em... un café con leche esta bien.

─¿No quieres nada más?

─No, esta bien así, muchas gracias.

Scott se retiró con nuestras órdenes y la mirada de Lorene se enfocó en mi.

─Así que dime Charlotte, cuéntame de ti.

─ Bueno, em...como ya le dije tengo diecinueve años, estoy en busca de un empleo que convine con mi horario de la universidad...

─¿Qué estudias querida?─ preguntó amablemente la señora, mientras jugaba con un sobrecito de azúcar. 

Esta señora me caía realmente bien, no sé si era la persona responsable del niño a cuidar, pero era realmente encantadora.

─Estoy por empezar mi primer año en la carrera de gastronomía.

─Veo que tengo una futura chef frente a mi ojos─ en ese momento nuestras órdenes llegaron, y me quede pensando en su comentario. Lo había dicho como si confiara en que yo realmente sería una gran chef, y eso me hizo sentir...realmente bien, nunca había confiado en mí de esa manera exceptuando a Maddy y mi abuela.

─Bueno, ojala sea así.

─Estoy segura que si Charlotte. Bien, como ya sabes publiqué un anuncio en internet sobre que buscaba niñera, y es que mi hijo Cameron necesita de alguien que cuide de mi nieta mientras él está en la universidad y el trabajo, yo lo haría con mucho gusto, pero tristemente no puedo. Debo confesarte que me has caído bien y espero poder darte el trabajo. Todas las entrevistas que tuve este mes fueron un fiasco. Algunas chicas eran demasiado engreídas para cuidar de mi dulce Wendy y estoy segura que a mi hijo tampoco le hubiera gustado.

─ Estoy dispuesta a lo que sea señora Lorene, puede ponerme a prueba le juro que no la defraudaré. Y no me considero una persona mala...

─ Dime solo Lorene cariño y sí, viendo tu forma de ser veo que eres alguien responsable. Mi bella nieta Wendy tiene seis años, es la personita mas adorable de este planeta y es una niña realmente buena y no lo digo por ser su abuela. Su mamá la dejó a cargo de mi hijo apenas nació y desapareció de sus vidas.

─¿Por qué me cuenta esto señora?─ quise saber, porque literalmente me acababa de conocer y confiarme eso, la verdad que no lo comprendía.

─ Te lo digo, porque es algo que yo quiero que sepas, te pondré a prueba una semana Charlotte, tendrás que cuidar de Wendy todos los días de 14 a 17 horas, menos los domingos, ese es tu día  libre, dime cariño ¿Tu puedes a ese horario?

Lo pensé un segundo y sí, podía, mi horario de entrada a la universidad era a las 7a.m y el horario de salida era 12:30. Me quedaba perfecto.

─Claro que puedo Lorene, queda perfecto con mi horario, de verdad, muchísimas gracias, se lo agradezco de todo corazón.

─ No des las gracias querida, empiezas el lunes, aquí te dejo la dirección a donde debes ir ─dijo entregándome un papelito. Llamó al camarero para pagar la cuenta. Pagó lo de ella, yo pagué lo mío y ambas salimos de la cafetería. Una vez en la calle se despidió dándome un beso sonoro en la mejilla, y salió andando hacia un auto blanco.

Luego de que el auto se marchara empecé a caminar en dirección al departamento, con una sonrisa en los labios y pensando que eso no había salido bien, había salido genial, solo tendría que estar a prueba una semana y lograra tener el trabajo. 

Confiaba en mí y en mi habilidad para los niños pequeños, siempre me habían agradado, y si Wendy era tan buena como la describe su abuela Lorene, sería algo fácil y entretenido cuidar a una niña de seis años.

Todo te saldrá bien Lottie, confía en ti.

Y confiaba en mí, sabía que después de tanta oscuridad en mi vida, al fin lograría brillar.