MateoMientras el chico la estrecha contra él, ella aprovecha para barrer con la mirada la zona de la barra en la que me encontraba yo hasta hace escasos segundos, frunce el ceño y hace morritos frustrada, ¿quizá por no verme? Después sigue recorriendo la barra hasta que repara en mí y sonríe... Yo la imito por pura alegría. ¿Qué significa esto?
Mientras nos miramos sin disimulo ni represión, aprovecho para lanzarle una mirada divertida cuestionando al chaval que abraza, lo señalo con la barbilla intentando transmitirle un «¿qué haces ahí con ese?» a lo que ella se ríe en silencio y se encoge un poco de hombros como si no supiera qué responder. Estefanía llama mi atención y rompo el contacto visual. Me tiende la copa "Lucani doble", la cual es una copa de balón con hielo y llena de un líquido amarillo.
—Dime, si es que eres capaz, que esto no es lo más delicioso, ardiente y explosivo que has probado en tu vida —me reta Estefanía con tono muy serio en cuanto tomo la copa—, después de mí, claro —añade divertida y ambos nos reímos. Me encanta el humor cachondo que tiene esta pareja.
Marcos y yo chocamos copas a la vez que nos miramos con cierto temor antes de dar un buen sorbo para saborearla. Efectivamente es algo dulce, ardiente —por la cantidad tan alta de alcohol que lleva— y explosiva: cuanto la tragas, en vez de bajar, te sube a la cabeza directa.
—¡Lo es! —confirmo en cuanto he tragado el primer sorbo. Miro a Estefanía quien sonríe orgullosa y choca la mano en el aire con su marido.
—Te lo dije, churri, ¡la copa Lucani será todo un éxito!
—Todo lo que sale de esta cabecita tuya es un éxito —le responde su marido muy meloso y se enzarzan en un beso largo y apasionado.
Marcos me mira divertido y yo levanto las cejas un par de veces mientras doy otro sorbo a la copaza. Está buena, una vez superado el impacto inicial.
—Chicos, nos vamos a la siguiente sala, nuestros amigos nos esperan allí —explica Lucas— ¿os venís?
—Sí —responde Marcos sin pensarlo siquiera.
—No —contradigo yo sin tener demasiadas ganas de alejarme de Sara, aunque solo sea para poder verla con otro—, tenemos a un amigo en esta sala y no queremos dejarlo colgado.
—Uy, es verdad —me da la razón Marcos.
—Vale, si os animáis, cruzad la cortina, ya sabéis dónde estamos —sonríe Estefanía y deja un beso suave en mi mejilla antes de susurrar algo en mi oído— y si no, escríbenos o llámanos pronto ¿sí?
—Hecho —acepto y sonrío.
Estefanía coge su copa, la mano de su marido y, tras cruzar la pista, desaparecen por la cortina roja que hay situada detrás de la cabina del DJ en dirección a la siguiente sala.
—Esta es una de tus parejas ¿no? —pregunta Marcos muy curioso en cuanto se han alejado. Yo asiento.— Por cierto, Tom se ha ido hace un rato, no sé si a la otra sala, a casa, o...
Miro el móvil y encuentro un mensaje suyo confirmando esa información. Se ha ido a casa de Julia, la pelirroja. Se lo enseño a Marcos y asiente con la cabeza confirmando que había acertado en su suposición.
Busco a Sara con la mirada pero no la encuentro, en cambio sí encuentro al tío que estaba con ella. Está solo, bebiendo de su copa y sonriendo a todas las chicas que pasan cerca de él.
¿Y ella? ¿habrá ido al lavabo? En la barra no está.
—Ahora vengo —anuncio y me alejo sin darle tiempo a Marcos de unirse a mí excursión.
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El unicornio y mi crush
RomanceSara no pasa por su mejor momento en la relación que tiene con su novio Julio. Juntos deciden abrirla con esperanzas de que al explorar nuevas opciones, se reavive la llama de su pasión y vuelvan a tener la chispa que ella tanto anhela. Lo que no sa...