c u a t r o

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La semana había pasado en un dos por tres.
Ya era viernes, y, por algún motivo Jisung estaba muy emocionando.
Jaemin y él se habían vuelto más cercanos y el menor no podía negar que le encantaba pasar su tiempo con el chico.
Park definitivamente se tenía que disculpar con Jaemin por pensar cosas que no tenían nada que ver con él. Y tal vez hoy sea el día perfecto.

— Bueno pequeño, ¿Nos vamos?— preguntó Jaemin. El menor asintió.

Fueron en autobús hasta la casa de Na. Desde fuera se veía que era un lugar acogedor y tranquilo.
Se preguntó toda la semana cómo sería la familia del chico que, hasta no hace una semana, odiaba.

Si hace una semana atrás a Jisung le dijeran que se haría amigo de Na Jaemin, se reiría en la cara de esa persona. Pero, aquí está, con él abriéndole las puertas de su casa.

— Adelante— habló Jaemin mientras abría la puerta para que Jisung pudiera pasar.

Una vez estuvo dentro se quitó los zapatos, Jaemin hizo lo mismo—. Permiso—dijo el menor antes de adentrarse al lugar.

Apreció la vivienda, era acogedora, tal y como lo supuso cuando estaba afuera. Era un poco pequeña, eso hizo que Jisung se preguntara con cuántas personas vivía el chico a su lado.
Si lo pensaba bien, Jaemin nunca le habló de su familia, sólo de su primo, el que los ayudaría en su proyecto.
En realidad el mayor casi nunca hablaba de él, siempre hablaban de cosas triviales y que a ambos les gustara. Pero muy pocas veces de si mismo.

— No es muy grande, pero suficiente para dos personas— comentó Jaemin.

— ¿Dos personas?—no podía aguantar su curiosidad.

— Si, sólo vivo con mi primo. Y parece que no está aquí. Tendremos que esperar un rato, Jisungg-i.

— No importa, les avisé a mis padres de que tal vez me demoraría un poco.

— Bien. Siéntete como en tu casa Jisung. ¿No quieres comer algo?

— No, no tengo hambre—dijo, mientras negaba con sus manos.

Era mentira, tenía un hambre que se moría. Pero no quería ser una molestia.

— ¿Qué te parece si vemos una serie, mientras esperamos?

— Me parece una buena idea—Sonrió.

— Espera un momento, sólo demoraré un poco en encontrar algo para comer. Enseguida vuelvo— dicho eso, partió a la cocina.

Jisung dejó su mochila en el suelo, cerca de la entrada. Tomó asiento en el sofá y esperó a su hyung.
Unos minutos después Jaemin llegó con un apetitoso sándwich en sus manos, en serio que Jisung tenía hambre.

— Bueno, ¿Que quieres ver?—le dió una mordida a su merienda.

— Lo que sea, elige lo que quieras hyung.—Sonrió.

— ¿Qué tal Stranger Things?—llenó su boca de comida, Jisung sonrió por eso. Se veía tierno. Luego pensó en la opción que le habían propuesto. Sonrió de manera extraña, para después asentir—. Ya la viste ¿cierto?— el mayor pudo leer su expresión. El chico volvió a asentir.

— Pero si quieres podemos verla, no me molesta—negaba con la cabeza y ambas manos—. En realidad es de mis favoritas.

— Bien, pues Stranger Things será— dicho esto encendió la televisión, se metió a Netflix y puso la segunda temporada.

Estuvieron así unas horas. Hasta que sintieron que la puerta principal era abierta.

— Adelante, pasa—se escuchó la voz de Doyoung en la pequeña entrada.

I Hate you! I Love You!|JaeSung|¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora