s i e t e

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Habían pasado unas semanas desde el ataque de Jisung.

El chico tenía preocupado a su familia y amigos, pues no hablaba con nadie. Se la pasaba distanciado o encerrado en su habitación, sin querer hablar con nadie.

Sus padres decían que en las pocas crisis que ha sufrido, siempre se pone de esa manera, se aísla de todos. No hablaba con nadie. Ellos siempre le daban un tiempo, y en unas semanas ya estaría como siempre.

Aunque sus amigos seguían preocupados, después de todo era la primera crisis que sufrían con Jisung. Además, ya habían pasado semanas desde el suceso y todavía nada.

Jaemin siempre intentaba hablar con él en la escuela, pero Jisung sólo le respondía que no quería hablar de eso y se marchaba.

Cuando Na le dirigía la mirada, el castaño le daba una sonrisa fingida. La cual hacia que el corazón del chico se rompiera en pedazos.

Quería ayudar pero no sabía cómo, no sabía que decir. Pero quería recuperar a Jisung, a su Park Jisung, el chico amable y divertido, al chico estudioso y con el que tenía pequeñas discusiones.

El rubio se encontraba entrando a la escuela, últimamente venía solo, pues Jisung no lo acompañaba y hablando del Rey de Roma, el chico iba entrando ahora mismo en el instituto.

Jaemin se dirigió hacia él, tomó su mano, para que lo observara—Jisung, tenemos que hablar— habló en tono serio.

—Hyung ya le he dicho que no quiero hablar con nadie. Por favor, déjeme ir.— suplicó lo último.

—Jisung por favor, ha pasado casi un mes que no hablas con nadie. Todos estamos muy preocupados por ti. Por favor al menos, habla conmigo.

Jisung lo miró de una manera que rompió más su corazón, en los ojos del castaño se asomaron las lágrimas, pero las contuvo.

Jaemin soltó su mano— Lo siento pequeño.— susurró. El chico se fue. Dejando a Jaemin con el corazón roto.

Jisung había desaparecido a la hora del almuerzo, nadie sabía dónde estaba, nadie, excepto Jaemin.

El rubio se dirigía a las gradas del campo de fútbol— donde se suponía que se encontraba el menor— intentaría hablar con él, aunque fuese a la fuerza.

Tal como pensó, ahí se encontraba, sentado en las gradas. Llorando.

Jaemin se acercó sigilosamente, una vez estuvo lo suficientemente cerca, Jisung comenzó a limpiar sus lágrimas y habló— Por favor hyung, vete.

—Pero Jisung, tenemos que hablar.

—No quiero hablar con nadie hyung— elevó un poco la voz.

—Pero yo no soy nadie, soy tu amigo.— tomó asiento a su lado.— Tienes que al menos decirme algo, decirme qué te pasa.

—Hyung por favor, usted sabe perfectamente lo que me pasa— se notó molestia en su tono. Se levantó y miró a los ojos a Jaemin, sólo que esta vez no era una de esas miradas dulces que le daba el chico. En su mirada se reflejaba tristeza, miedo y hasta un poco de lastima.— Pensé que usted me entendería mejor que nadie, que me daría el tiempo que necesito. Pero parece que me equivoqué.

Se dispuso a irse— Yo también me equivoqué.— fueron las palabras de Jaemin— Pensé que confiabas en mí, pero ya veo que no— esa frase bastó para que Jisung detuviera su paso. No se giró solo se quedó ahí, de espaldas a Jaemin.— Pensé que por ser tú mejor amigo hablarías conmigo, que vendrías a mí para que te consolara. Pero no lo hiciste.

Esta vez el castaño si se giró, observó a Jaemin, lo miró a los ojos, lástima, eso reflejaban, la lastima que no quiere de nadie. Se sorbió la nariz y se marchó, dejando al mayor peor que antes.

I Hate you! I Love You!|JaeSung|¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora