Apetito prohibido

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Uriahs

Solo quiero huir lo suficientemente lejos como para fingir que todo fue un mal sueño, un mal recuerdo que desaparecerá a través de los años pero la realidad es aquí y ahora; cada día que pasa estoy más enterrada dentro de este infierno al cual llamamos vida, y que vida tan miserable la de aquellos que su oscuridad los consumen, lentamente nos absorbe y nos quita cada segundo preciado de nuestras moribundas almas.

Aunque trate de recordar una y otra vez a mi mente no llega nada excepto una profunda opresión que cala dentro de mi pecho como si me faltara algo o la necesidad de algo; algo que me carcome vorazmente como si fuera un apetito prohibido, como si lo que quisiera estuviera mal pero la cuestión es, que necesito con desesperación pero no lo encuentro, no logro saber qué es lo que anhela mi alma en secreto y me suplica a gritos mudos.

Luz y oscuridad pueden ser la mezcla perfecta si se sabe dominar, un equilibrio ideal pero que insoportable es que llegue la luz de algún lugar cuando tengo mucho sueño.

-Que fastidio con esas ventanas no debería llegar el sol- Gruño revolviéndome entre mis cobijas cuando me percato de que algo se afinca sobre mi cama para cerrar las cortinas.

Entre abro los ojos para toparme con un cuerpo semidesnudo, me siento sobre la cama sin que la otra persona se percate, enfoco mi vista dándome cuenta que es Gerald, porque Adrien está en mi habitación me pregunto viéndolo, en un acto repentino llevo mi mano a su abdomen para llamar su atención, pésima idea me digo percatándome que tiene un cuerpo en forma, me quedo viéndolo de arriba abajo hasta que salgo de mi pequeño transe.

-¿Qué haces en mi habitación?- Pregunto viéndolo con un gesto divertido en su rostro.

-¿Tu habitación? Estamos en mi habitación.

Al escuchar sus palabras trato de verme seria, comienzo a acomodarme y moverme sobre la cama sin entender pero a la vez dándome cuenta que tiene razón, este no es mi cuarto, lo sigo viendo de arriba abajo percatándome que llevo una camisa ajena a mí, no tengo una camisa mía y el está con solo un bóxer, comienzo a sentir mis mejillas arder cuando lo escucho hablar de nuevo.

- No es lo que piensas.

-¿Qué ocurrió?-Pregunto mientras que veo como trata de no verse divertido.

-Te encontré afuera hace una hora estabas tirada sobre una mesa en mi patio, creo que eres sonámbula o algo parecido, te trate de despertar pero fue imposible así que te traje aquí ya que hacia frio afuera, ¿Estás bien?

Escucho lo que dice sin poder recordar como llegue aquí o que hice ayer, quito mi mano de su abdomen mientras lo veo de arriba abajo hasta llegar a su entre pierna, si algo tienen en común los Grenovid a parte del atractivo es que todos parecieran tener un perfecto cuerpo trabajado en diferentes formas pero hermosos a la vez, aunque solo he visto a Aron y Adrien con poca ropa, todos incluso Alice parecieran tener cuerpos de modelos, y uno aquí casi que combina con la pared o el piso lo que me hace recordar que no tengo mi ropa puesta.

-¿Me vestiste?- Pregunto confundida y sin entender porque tengo esta camisa o de quien es.

-No, ya estabas así cuando te conseguí, disculpa si te incomodo yo ya me voy a bañar, te dejare, puedes irte cuando quieras.

-Está bien- Murmuro aun confundida- ¿Me prestarías algo que me cubra mejor?- Me veo de arriba abajo para aclararle que apenas la camisa llega a mis caderas, lo veo moviéndose hacia un espacio que pareciera ser un closet, lo miro de espalda dándome cuenta que tiene un buen físico de ambos lados.

Aniquilador  familiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora