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Pasaron unos cinco días más explorando el lugar, Cracker esperaba ver a esa niña de nuevo, aún no se olvidaba como esa simple niña lo había defendido de esa forma, pero esa espera se hizo eterno. Aún se sorprendía el lenguaje que daba a esos lobos mientras se movía enfrente de él, como el lobo lloraba y se torcia del dolor por la mordida que le había dado... Entonces ella tenía una buena dentadura para defenderse.
Tal y como pensaban, era una isla virgen y ellos son los primeros en pisar esta isla... Entonces, automáticamente seria de la familia Charlotte, quizás sería un gran jardín en donde podrían hacer ahora sus fiestas de te, no estaba mal la idea.

Estaba desilusionado al saber que está era la última noche que pasarían ahí, se tendrían que ir... Y no había vuelto a ver a la niña. Se encontraba los Charlotte lejos del barco, habian hecho una fogata y estaba Cracker junto con sus hermanos mayores sentados alrededor de la fogata, estos conversaban sobre lo que podría ser la isla, el nombre que tendría y que pasaría ahí... Cracker no estaba tan adentrado en la conversación, sólo los miraba mientras comía...

De repente algo le llamó la atención, dos bolas amarillas brillando entre los arbustos, se sorprendió que nisiquiera Katakuri se diera cuenta de eso, pero él estaba tan adentrado en sus donas que ni siquiera huele el peligro de su alrededor. Se levantó con cuidado y caminó hacía donde se encontraban esas dos cosas brillantes, pensaba si realmente era esa niña, las ilusiones volvieron a él. Volteó a ver si sus hermanos estaban viéndolo, pero estos estaban tan adentrados en lo suyo que no se dieron cuenta que faltaba uno de ellos.

Se acercó y al estar en una distancia considerable, se puso en cuclillas y apareció una galleta en uno sus manos para luego mostrarlo.

-Ven... No te haré nada.-Dijo con una gran sonrisa, por una extraña razón sentía que era esa niña.

Esas dos bolas amarrillas y brillantes comenzaron acercarse, y cuando salió de los arbustos se dio cuenta que era un lobo... Sintió su cuerpo tensarse, habia llamado a un lobo y no lo que él deseaba, pero de repente esa cabeza que se había asomado se cayó al suelo, era la niña. ¡Estaba usando el cadáver de un lobo como camuflaje!, Cracker sonrió, se sentía asqueado pero a la vez emocionado, la niña tenía su cabello tan largo que tenía ciertos mechones cubriendo su pequeño cuerpo, sus pupilas estaban tan grandes al ver que Cracker tenía una galleta, tal como un adorable gato, ella se acercó observando la galleta. Esa exquisita galleta... Y tal como la primera vez se lo arrebató para poder comerselo con desesperación.

Cracker estaba tan feliz que sus petardos se habían iluminado más, ¡No estaba loco!, ¡Si existía esa niña!, le dio una segunda galleta y se lo comió de la misma forma.
Por una extraña razón, le dio por querer acariciarla, se quitó con cuidado el guante y acercó con cuidado su mano a la cara de esa niña mientras ella masticaba aquélla masa de galleta y con las yemas de sus dedos acarició su mejilla, que sorprendentemente, estaba suave. La niña al sentir esa acaricia, le agradó tanto que se dejó, incluso ronroneo.

-Maldita sea...-Cracker dejó de acariciar su mejilla para llevar sus manos en la cara, escuchar ese ronroneo fue tan adorable que no se lo esperaba.- Pareces un gatito...
Cuando se quitó sus manos de la cara se dio cuenta que ella lo estaba imitando, tenia sus pequeñas manos en su rostro, eso fue un doble golpe de adorable. Su cuerpo temblaba de la misma emoción, en verdad no se lo creía. Tenía que atraparla y llevarla con sus hermanos, pero hizo un pose pensando si en verdad era necesario mostrar la niña, ella sólo lo miró curiosa a lo que estaba haciendo, por lo que ella imitó la pose, ¡Joder!.

Le dio varias galletas por lo que eso la entretuvo, ¡Era momento!, la agarró, sus manos eran lo suficientemente grandes para cubrirla con sus dos manos. Caminó rápido hacia donde estaban sus hermanos, tenía que ser rápido, no sabía como iba reaccionar la niña y sus hermanos pero tenía que mostrarle a sus hermanos que no mentía y no estaba loco.

-¡Miren, miren!-Gritó Cracker haciendo que todos lo mirarán con curiosidad.

Todos notaron que su hermano menor estaba emocionado, ¿Qué es lo que encontró?, y abrió un poco sus manos y salió una pequeña cabeza de ahí... Hubo un silencio entre los cuatro, Katakuri ya lo venía venir, cuando reaccionaron dieron un tipo de gritó por la sorpresa que le dieron, tardaron de reaccionar los tres hermanos mayores.

-¿¡Qué es eso, Cracker!?-Preguntó Daifuku asustado

-¡Tiene cuernos!-Gritó Oven.

-¿¡Es la niña que nos dijiste aquélla vez!?-Preguntó Perospero asombrado

-Si, es la niña que les dije.-Decía Cracker orgulloso.- ¡No estoy loco!

Miro a la niña, que parecía como una tortuga metiendo y sacando su cabeza en su caparazón, que eran las manos de Cracker. Los cuatro se acercaron, no podían creer lo que estaban viendo.

-¿Cómo te llamas, pequeña?-Preguntó Perospero.

-No sabe hablar.

-¿Y cómo sabes que es una niña?-Preguntó Daifuku que no paraba de ver a la niña.

-Porque está desnuda...

-¡Eres un pedófilo!-Regaño Oven dándole un coscorron a Cracker.- ¡Cómo puedes verle el cuerpo a una niña pequeña!

Y de repente aquélla pequeña salió de las manos de Cracker para saltar hacía Oven, lista para rasguñar el rostro de aquél gran animal. Pero Katakuri fue más rápido y la cubrió con su mochi todo su cuerpo para que no se pudiera mover, agarró aquélla niña antes de que cayera al suelo, miró como estaba de inquieta al sentirse atrapada por la masa.

-¿Dónde están tus padres?-Preguntó Katakuri. La niña al esucharlo sólo se quedó quieta, observandolo.- En verdad no entiende lo que decimos...

-¡Esa salvaje iba a rasguñarme!

-Estaba defendiendo a Cracker-Dijo Katakuri.

-¿Nos la podemos quedar?-Preguntó Cracker mirando a Katakuri y luego a Perospero.

-¿Porqué quieres esa cosa?-Preguntó Daifuku fastidiado.

-¡Es obvio que está sola!, mirenla, es sólo una cría. Se supone que las crías deben de estar con sus madres, aparte puede ser un buen soldado.-Dijo Cracker con una gran sonrisa.- Si pudo atacar a un lobo significa que no tiene miedo a nada, ¡Sera genial tenerla!

Katakuri miró a Perospero y viceversa, no estaban seguros que Cracker sea el apropiado para criar a una niña, menos cuando se trataba de un ser salvaje. Katakuri dio un suspiró, la verdad es que Cracker había demostrado muchas cosas buenas, incluso llegó a ser comandante de dulce... Si se proponía hacer las cosas, entonces si podía tener a alguien así bajó su tutela.

-No me descepciones...-Dijo Katakuri dándole la niña.

Una gran sonrisa apareció en el rostro de Cracker, sus ojos rosados se iluminaron y los petardos que tenía en su cabello se incendiaron más. Oven miraba con molestia mientras que Daifuku parecía sorprendió, Perospero solo sonrió al ver a su hermanito feliz.
La menor solamente miraba a todos, definitivamente no sabía lo que estaba pasando.

-¿Cómo la puedo bautizar?-Preguntó Cracker mirando a la niña, ella volteó a verlo.

-No te apresures, tienes hasta llegar a Whole Cake para ponerle un nombre.-Dijo Perospero.

¡Esto iba ser emocionante!, ¿Qué va pasar cuando llegué a la isla y está crezca?... ¿Cómo va reaccionar Big Mom?.

Salvaje [Cracker Charlotte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora