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Era de costumbre que los comandantes tengan que despertar más temprano que todos. Eso tenía que decir que Cracker ya estaba despierto y el sol nisiquiera aún daba rastro de él... 
Caminó hacía la habitación de Gomory, abrió con cuidado la puerta para no causar ruido, entró en silencio y pudo observar la cama, era especial como la dueña de esa cama, colgaba del techo y era redonda, y una Gomory dormida que permanecía en medió, envuelta con las cobijas dejando sólo su rostro expuesto y muchas almohadas a su alrededor... ¿Cómo pudo crecer tan rápido?, Si hace un año podía ocultarla entre sus manos con gran facilidad, quizás mamá tenía razón, no es una niña como todos pensaban, sólo que se mantenía en esa forma porque no tenía a alguien más para influenciar, pero, ¿Eso es posible?, ¡Por supuesto que lo era, ella era un gran ejemplo!.
Lo malo de tener una cama colgante es que es muy facil que se mueva con cualquier movimiento, con cualquier empujón o un toque, por lo que no se atrevió dar un paso más... Ahora que miraba a Gomory dormida después de tanto tiempo, en verdad, era encantador ver ese rostro tan tranquilo, tan pacífico... Parecía un gusanito así, ese pensamiento hizo que Cracker sonría.

(...)

-¡Mirenla, queriendo lucirse como siempre!-Decía Galette mientras observaba junto con algunas de sus hermanas a lo lejos del escenario.

Gomory se encontraba haciendo sentadillas, y no sólo eso, mantenía en sus hombros unas grandes pesas, su cuerpo bien formado estaba lleno de sudor por el gran entrenamiento que estaba teniendo, esta vez prefirió tener unos pantalones adecuados para entrenar de color negro y una blusa de tirantes del mismo color... Definitivamente era su color favorito, pero es que no había otro color que le quedará por su piel rojo, o bueno, que a ella le gustará.

-Es intocable...-Decía Oven mientras descansaba de su entrenamiento.

-Ríndete, no te hará caso...-Dijo Daifuku con burla.

Gomory dejó su sesión de sentadillas con esas pesas incluidas para poder descansar, ahora recordaba el porque sintió tanta libertad en su primera misión, no tenía tantos ojos encima de ella... Tenía que admitir que a veces se sentía mal consigo misma, por eso cambió poco a poco de físico, para verse más madura y que los niños no la molestaran, quería que la tomarán enserio... ¿Cuántos años tenía en realidad?, quizás 100 años, o más, quizás y tiene la misma edad que la isla, porque ella misma vio cada planta crecer, cada flor abrir, cada hierba aparecer, cada hongo formarse. Esta bien cambiar, estuvo bien cambiar, su calidad de vida mejoró, aún que... ¿Porqué a veces se sentía como una extraña?, ¿Porqué se sentía sola?, se supone que este es su nuevo hogar, pero a pesar de que pasa tiempo aquí no lo siente así. Eso sucede cuando está lejos de Cracker, cuándo él está con ella siente algo especial, más que felicidad, no se siente sola, ¿Porqué lo defendió de aquél lobo?, ¿Porqué la trajo aquí? No lo recuerda... No recuerda bien el porque.

-Oye, cuernitos.-Llamó Smoothie haciendo que Gomory reaccionará.- ¿Entrenamos?

-Si, claro.

Desde que hizo esa misión, Smoothie y la otra mujer de cuello largo le dio el respetó a Gomory que merece, eso lo agradecía muy profundamente... Pero es una familia muy grande, por lo que tener sólo a dos hijas de Charlotte no sería suficiente para convivir.

Mientras tanto Cracker acompañaba a Katakuri, no era necesario ayudarle con eso de ser comandante, al fin de cuentas fue el primero en serlo... Pero necesitaba estar lejos de los demás, sin un Oven y un Daifuku que se burlen de él.

-¿No ibas a entrenar a Gomory?-Preguntó Katakuri.

-...Necesito descansar.

-¿Más?, tuviste casi medio año sin entrenarla, esta atrasada en su entrenamiento.

Salvaje [Cracker Charlotte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora