(...) Me esperaba una laaarga tarde de búsqueda.
POV. David
Cuando llegamos al edificio común de la manada fui directamente a la habitación de Keira, para saber si estaba allí. Ya había mirado en el gimnasio, en la biblioteca, en el comedor, en la habitación de Lily, en la de Jasper, en la piscina... Solo me faltaba su habitación y preguntarle a sus padres, mis tios. Cosa que no queria hacer porque tendria que dar explicaciones.
Llamé a la puerta, a la espera de que alguien abriera desde el interior. Cuando ésta se abrió, un brote de esperanza creció en mi, pensando que podría ser Keira. Tan pronto como creció ese brote se marchitó al ver la cara somnolienta de Mark.
- Hola, Mark, esta Keira en su habitación?- pregunté sin molestarme en esconder mi creciente desesperación.
- Noo, por qué? Qué ocurre?- preguntó el chico preocupado y muy despierto de pronto.
- Nada, nada, es solo que no la encuentro...
- No está en el gimnasio?- preguntó sorprendido. Negué con la cabeza lentamente.- Quieres que te ayude a buscarla?- Volví a negar con una sonrisa.
- Tan solo avísame si vuelve aquí.- Él asintió.- Nos vemos.- me despedí sonriente.
- Adiós.- murmuró distraido. Cerró la puerta y yo me encaminé a la casita del alpha. Lo que me espera....
POV. Keira
Ya de noche, en el pequeño claro...
Abrí los ojos con cansancio a la vez que un bostezo se me escapaba del cuerpo. Sonreí feliz al ver a Dingo mirandome fijamente con sus enormes ojitos negros. Me estiré, provocando así que mi amigo se saliera de encima y se colocara encima de la mochila.
Me levanté con cuidado de no caerme de la rama y miré a mi alrededor. Ya había anochecido, por lo que tenía pensado volver.
Aparté al hurón de mi mochila (por lo que él protestó) y me la colgué al hombro.
- Adiós, amiguito!- susurré.- Intentaré venir a verte más a menudo!
Y dicho esto le di un pequeño beso en su cabecita y me bajé con cuidado del árbol. Una vez pisé tierra firme, me estabilicé y salí corriendo en dirección al edificio común de la manada.
Como alrededor de éste había tres o cuatro quileutes haciendo guardia, me fundí con las sombras y me deslicé rápidamente por la pared del edificio. Abrí la puerta principal sin hacer ruido y caminé a paso rápido por los pasillos, sin hacer ruido al pisar ya que me habia quitado los zapatos y los llevaba en la mano.
Subí rapido y con sigilo las escaleras y llegué a mi habitación. Saqué mis llaves del bolsillo y abrí la puerta. Me metí en la habitación rapidamente y sin encender la luz. Una vez cerrada la puerta me apoyé en ella y respiré profundamente. Encendí la luz.
- Aaaaaaah!!- grité.- Joder, Mark, qué puto susto me has dado desgraciado ninja!!
- Jajaja, ninja?- me preguntó divertido.
Yo respiré profundamente para mantener la calma.- Si, ninja, porque eres silencioso como uno de ellos. Iba a decir felino, pero no queria ofenderte tanto.- le dije con tono burlón.
Él se llevó una mano al pecho fingiendo estar ofendido.- Me ibas a comparar con un inmundo gato?
Asentí, intentando aguantar la risa.
- Bueno, ahora poniéndonos serios, dónde estuviste toda la tarde que tenías tan preocupado a tu primo?- me preguntó totalmente serio pero con un tono de curiosidad en la voz.
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Vampiro y hombre lobo, ¿imposible?
VârcolaciMe dan miedo, no, miedo no, terror, las serpientes... Soy claustrofóbica... Me dan pánico las jaulas y redes... Los niños me dan miedo...- Proseguí, con la mirada clavada en el infinito. - Espera, espera, espera, me estás diciendo que... ¿Que te dan...