(...) Hice una reverencia y me interné en la sala más maravillosa del planeta después de que Sophie me diera ropa limpia que era suya.
POV. Mark
La verdad, no hablaba demasiado con Keira como para conocerla en condiciones, pero sí sabía que su primo y ella tenían una estrecha relación después de lo de su hermano. Os estareis preguntando (o igual no....) Qué pasó con Ryan, el mejor amigo de Clark? Pues, amigo, esa es una pregunta a la que nadie tiene respuesta. Después de lo sucedido Ryan desapareció del mapa. Literalmente, se desconectó del link de la manada y se fue sin despedirse ni dar explicaciones a nadie. Ni siquiera a su familia, la cual se mudó poco después a Europa.
Mientras Keira dormía en casa de Chris...
Estaba tranquilamente durmiendo en mi cama cuando escuché llamar a la puerta de la habitación. Perezosamente me levanté y no me molesté en ponerme una camiseta porque pensaba que sería Keira. Error. Abrí la puerta y me encontré a David. Raro puesto que Keira no estaba en su habitación. Él me miraba como la vez que ella había desaparecido toda la tarde, casi suplicándome que le dijese que ella se encontraba allí. Negué con la cabeza.
- Ya se te volvió a escapar?- dije con cierto tono de burla.
- Ja-ja-ja, no está aquí entonces?- preguntó.
- Nop.
- Puedo pasar?
- Eeeeeh...- me rasqué la nuca, algo incómodo. Finalmente me encogí de hombros.- Por qué no?
Me separé de la puerta para dejarlo pasar y cuando entró cerré la puerta tras él. David se quedó en el medio del saloncito, inspeccionando la estancia.
- Emmm... David... Qué quieres? Es que estaba durmiendo...- Dije recordando que él me había despertado.
- Ah, pues... Sinceramente? No lo se.- Se encogió de hombros.- Puedo esperarla aquí?
- Está bien, pero si te duermes en el sofá no esperes que te tape con una mantita, eh!- él rió suavemente y asintió. Estaba ya rozando el pomo de la puerta de mi cuarto cuando me detuve y lo llamé.- Por cierto David, yo creo que no deberías preocuparte tanto por ella, sabe cuidarse sola perfectamente...
Y dicho aquello me interné en mi habitación, me quité los pantalones quedándome tan solo en bóxers y me tapé con el edredón antes de caer rendido en los brazos de Morfeo, teniendo como último pensamiento: Creo que debo hacer que David deje de procuparse tanto por Keira...
Los rayos del sol daban de lleno en mi cara, cegándome cuando intenté abrir los ojos. Era Sábado. Amo los sábados. Por qué? Porque no tenía que madrugar. Pero como la luz me había despertado y no tenía nada mejor que hacer, decidí levantarme. Me puse unos pantalones de pijama que nunca usaba (eran holgados y grises) y una camiseta de manga corta y me dirigí a la cocina sin pensar en nada más que en tomarme un buen café lleno de cafeína. Oh, dulce cafeína! Me llené una taza y me dirigí despreocupado al salón. Cogí de la mesita de café un videojuego que me había comprado hacía poco mientras pasaba por encima de las piernas del David dormido del salón. Se las coloqué encima del brazo del sofá para que quedase completamente estirado. Lo observé unos minutos. David estaba durmiendo en mi salón...
JODER!! David estaba durmiendo en mi salón!! Sin querer tiré mi café encima de David, quien debido al líquido caliente se despertó de golpe levantándose y golpeándose su cabeza contra la mía, y por el impacto él cayó sobre el sofá y yo al suelo.
- Auch!- dijimos los dos a la vez.
Nos miramos fijamente y luego pregunté- Qué haces tú aquí?
Él me miró con el ceño fruncido.- Eres sonámbulo?- me preguntó extrañado. Negué con la cabeza.- Tienes pérdida de memoria a corto plazo?- Volví a negar, cada vez más confundido.- Entonces ayer estabas dormido cuando me dijiste que me quedase a esperar a Keira?
Fruncí el ceño y pensé, haciendo funcionar mi dormido cerebro y entonces recordé.
- Joder! Ya me acuerdo! Y no, no estaba dormido, pero es que me he pegado tal susto al verte que se me ha caído todo mi cafe encima de ti y no me ha dado tiempo a beber ni un sorbo para despertar mi cerebro.
- Ya me había dado cuenta de que se te cayó el café...- Dijo murmurando a la par que señalaba la gran mancha en su camiseta. Me encogí de hombros.
- Llegó ayer Keira?
- Nop.
- Pues si quieres te ayudo a...
- Espera, voy a llamarla!
Abrí mucho los ojos.- Y no se te ocurrió llamarla antes?- pregunté sarcástico. Él se lo pensó un rato. Luego negó con la cabeza lentamente. Resoplé.- Me voy a duchar...
Me encerré en el cuarto de baño tras coger mi ropa. Me duché en diez minutos con agua fría para despejarme. Me puse unos pantalones vaqueros negros ajustados y una camiseta ajustada tambien negra. Por encima una sudadera gris con capucha. Cuando salí del baño David estaba gritándole al teléfono.
- ... Keira, cómo que doce vampiros?!?!?!- Él puso cara de indignación y miró el teléfono. Desde donde estaba pude distinguir que en la pantalla ponía la llamada a finalizado. Me acerqué a él para preguntar algo alarmado.
- Qué carajos hace Keira con doce vampiros?
Él se pasó una mano por el pelo y bufó.- No lo sé, realmente no lo sé...
Le puse una mano en el hombro en un gesto tranquilizador.- Tranquilo, si ella está en peligro, ni siquiera doce vampiros van a poder con ella. Ahora me voy a desayunar en condiciones al comedor, vienes?- Él asintió de mala gana, todavía preocupado.- Y relájate un poco hombre!!- añadí dándole con el puño suavemente en el hombro.
David sonrió, algo más relajado.- Claro, ella sabe cuidarse.- Yo asentí.
Bajamos al comedor prácticamente corriendo para llegar a la sala antes de que la cerrasen. Cogí rápidamente una bandeja, seguido de cerca por David, y cogí un café, unas tortitas y un bollo para desayunar. David cogió lo que quería y nos sentamos en una mesa. A los pocos minutos de hablar sobre fútbol y videojuegos David divisó a dos chicos y dos chicas en la entrada del comedor. Los saludó y estos le devolvieron el gesto y se apuraron en coger su comida para sentarse con nosotros. Una de las chicas estaba leyendo un libro, enfrascada en su mundo y ni siquiera levantó la mirada cuando se sentó con nosotros. La otra chica, Lily, le dió un codazo y ella levantó la cabeza. Sus ojos se encontraron con los míos y algo hizo click en mi interior. Sólo una palabra invadía toda mi mente. Mate. Y precisamente eso fue lo que dijimos ambos mientras nos perdíamos en la mirada del otro, en una especie de nube. Los otros presentes en la mesa nos miraban sorprendidos. Los entendía, yo también lo estaba, es decir, yo había abandonado en la búsqueda de mi alma gemela a los 16, y ahora que la había encontrado estaba demasiado sorprendido como para hacer nada. Al parecer ella estaba igual, porque se sonrojó rápidamente y apartó la mirada. Yo solo pude pensar: está adorable sonrojada...
Dios, Mark, es nuestra mate, como no va a ser adorable?- me dijo Neido, mi lobo.
Tss, déjame anda, que bien estabas calladito sin interrumpir.
...
Ya vuelves a no hablarme?- le pregunté cansado.
...
Bien, pues quédate así, ya hablarás más tarde...Abandoné mi conversación con mi lobo para volver a la realidad. Miré a mi mate con intensidad y le hablé suave y dulcemente.
- Como te llamas, hermosa?
Ella se sonrojó todavía más y contestó a media voz.- Abril, pero puedes llamarme Abby...
- Pues déjame decirte que no he visto a chica más adorable que tú cuando estás sonrojada.- y aquel comentario hizo que se sonrojara más. Y parecía imposible!! Pero amigos, este adorable tomatito es mío!!
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Vampiro y hombre lobo, ¿imposible?
Hombres LoboMe dan miedo, no, miedo no, terror, las serpientes... Soy claustrofóbica... Me dan pánico las jaulas y redes... Los niños me dan miedo...- Proseguí, con la mirada clavada en el infinito. - Espera, espera, espera, me estás diciendo que... ¿Que te dan...