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— ¿Puedes recordarme por qué tengo que pagar por tus irresponsabilidades?

— Porque soy tu mejor amigo y porque no quieres que Rin se enoje conmigo.

Obito había olvidado recoger a su hijo Haru de la escuela, el pequeño niño de seis años acababa de empezar el colegio, era su primer día y su padre lo había olvidado.

Ahora Kakashi iba al rescate, al igual que el Uchiha era un alfa.
Era amigo de Obito y de Rin desde que tenía memoria, los tres estudiaron medicina pero se separaron ya que Kakashi se alistó en una escuela de medicina militar. Al culminar sus estudios retomaron su amistad y ahora los tres médicos trabajaban en el mismo hospital en diferentes áreas. Rin era pediatra, Obito era cirujano, y Kakashi era traumatólogo.

El peliplata corrió a su auto y condujo hasta la escuela del niño que consideraba su sobrino.

— Mierda Obito.

Finalmente aparcó y bajó corriendo donde en la entrada le esperaba aquel niño de cabello negro y ojos avellana. Ignoró por completo la inquietud que su lobo le estaba transmitiendo.

— Haru— llamó el peliplata.

Cómo sí de un fantasma se tratase la delgada figura de alguien apareció tras el pequeño.
Kakashi sintió un ligero aroma a vainilla apoderarse de su nariz y entonces aquella inquietud comenzó a hacerle querer perder la cabeza. El olor era tremendamente delicioso.

— ¿Puedo hablar con usted?

Aquella voz dulce pertenecía a un chico joven de unos veintisiete años, moreno acaramelado, de cabello castaño y largo que lo tenía recogido en una coleta. Lo que más captaba la atención además de toda su belleza en general era una cicatriz que surcaba el puente de su nariz.

— Claro ¿qué ocurre?— cuestionó el alfa.

El moreno se vio ligeramente intimidado. Si algo le gustaba de su trabajo era que siempre estaría rodeado por cachorros y nunca por adultos, a excepción de las juntas de padres o cualquier otra reunión con los mismos. Jamás había tenido una mala experiencia con un alfa pero tampoco pensaba tenerla, por eso procuraba mantenerse alejado.

— Soy Umino Iruka y seré profesor de Haru, un gusto. Sucede que usted no puede venir tan tarde a recoger a su hijo. El me ha comentado que sus padres son héroes porque salvan vidas y entiendo que puedan estar ocupados pero al menos avisen cuando algo les retrase.

El peliplata se caracterizaba por su poca paciencia, normalmente no hubiera dejado que alguien le hablara así pero aquí había algo diferente. Aquel chico podría gritarle y nada le quitaría la calma que estaba sintiendo.

— Yo no soy su papá, soy su tío. Sus padres están trabajando y tuvieron algunas urgencias que atender, por eso vine yo en cuanto pude. De verdad lo lamento, no volverá a pasar.

— Oh bien. Lamento haberle hablado así.

— No se preocupe, usted desconocía la situación.

El omega se quedó parado sin saber qué hacer, algo lo hacía sentirse terriblemente atraído hacia aquel desconocido hombre de cabello gris. Lo único que pudo hacer fue sonreír y despedirse.

— Si eso es todo, hasta luego Iruka— dijo Kakashi con una leve sonrisa.

— Un gusto señor ...

— Dime Kakashi.

Estrecharon sus manos y aquel contacto resultó electrizante para ambos lobos. Mantuvieron el contacto visual y aquel agarra de manos hasta que el pequeño Uchiha apareció al lado de su tío.

— Tío Kashi, tengo hambre ¿podemos irnos?

— Claro campeón. Adiós Iruka.

— Adiós Kakashi.

El peliplata subió a su sobrino a la parte trasera del auto y le colocó el cinturón. Posteriormente pasó a su lugar y condujo de regreso al hospital, en el camino no podía sacarse aquel aroma dulce de las fosas nasales y aquel sentimiento de paz se había transformado en ansiedad.

"Seguramente Iruka está por comenzar su celo y por eso me siento así"  pensó.

Ignoró a su lobo y llegó al hospital, se bajó del automóvil y cargó a Haru en un brazo y a su pequeña mochila en el otro.

— Llegamos— dijo feliz el Uchiha.

— Así es. Vamos a ver a tu madre, y recuerda...

— Tengo que cubrir a papá.

— Buen muchacho.

Caminaron por los largos pasillos blancos y tocaron la puerta del cubículo de Nohara.

— Adelante— habló la dulce voz.

— ¡Mamá!— gritó Haru abrazando a la mujer.

— Hola mi amor ¿cómo te fue?

— Súper, me agradó mi profesor. ¡Además hice dos amigos!

— Hola Rin.

— Hola Kakashi ¿fuiste tú por Haru?— inquirió con sorpresa la mujer.

— Eh sí. Pero fue porque Obito tuvo una cirugía de emergencia.

— Claro. Mi papá es muy responsable y jamás se olvidaría de mí.

Todos los presentes sabían que eso era una mentira.
Después de dejar a Haru con su madre volvió a su consultorio a archivar papeles.

Estaba tan entretenido pensando en aquellos mechones marrones, esos orbes oscuros, aquellas curvas pronunciadas, y esa cicatriz, en sus treinta años de vida jamás había visto a alguien tan bello.

— ¡Kakashi Hatake llevo cinco minutos hablándote!

El peliplata salió de su trance para toparse con un alfa alterado frente a él.

— ¿Qué ocurre Obito?

— Nada. Solo venía a platicar contigo.

Holaaaaa. Al final decidí hacer esto con los personajes ¿qué les parece?
Quiero aclarar que no soy una experta en el omegaverse así que si llego a equivocarme en algo agradecería su compresión y ayuda.

LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora