Kakashi llevó a Iruka a su casa y se despidieron en la entrada de la casa del castaño.
— Nos vemos mañana entonces— se despidió el omega con una sonrisa.
— Está bien.
El alfa besó la mejilla del menor haciéndole sonrojar.
— Adiós Iruka.
— Adiós.
El alfa bajó los tres escalones de la entrada de la casa y se alejó hasta subir a su auto e irse. El profesor suspiró con ilusión y sonrió tímidamente al entrar a su hogar. Se recargó en la puerta y con una sonrisa en el rostro hurgó en su bolso hasta encontrar su celular.
Llamó tan rápido como pudo, en seguida sonó un pitido, luego otro y al fin descolgaron.
— ¡Ankō!
El omega le contó todo a su mejor amiga y esta no dejaba de molestarlo haciéndole bromas.
— ¿Entonces mañana irá a cenar a tu casa?
— Sí.
— ¿Cenar comida o a ti?
— Tonta.
Después de mil bromas por parte de la beta, Iruka colgó y se recostó en su sofá. Estaba feliz.
Y esa felicidad se transformó en preocupación, pasó dos dedos por encima de su mesa de té y estos se mancharon ligeramente con polvo, tenía que hacer limpieza.
Se cambió y se puso ropa de casa, se amarró el cabello y junto con un balde lleno de agua y un trapo se dispuso a limpiar cada superficie de su hogar. Después de varias horas de esfuerzo y decenas de canciones tarareadas Iruka dejó reluciente todo. Para terminar barrió, trapeó y aspiró la alfombra.Cuando culminó su hogar rechinaba de limpio, pero su estómago también, eran casi las seis de la tarde y no había comido nada desde los waffles. Se dirigió a la cocina y optó por algo rápido, un sándwich le valía. Después de preparárselo fue a la barra a comérselo junto con un jugo de naranja.
Estaba cansado, así que lavó sus trastes y fue a tomarse una ducha.
La temperatura por las noches era templada así que un baño de agua fresca no estaría mal. El agua recorrió su piel y relajó sus músculos a su paso, se tomó su tiempo en la regadera y salió para colocarse la pijama e irse a recostar.Se entregó a Morfeo sin poner resistencia y durmió.
Se despertó por una sensación calurosa inundar su esbelto cuerpo además de un sudor sumamente frío, quizás bañarse con agua fría no fue tan buena idea, miró el reloj y ya eran las diez en punto. Caminó perezosamente hacia un estante, sacó el botiquín y tomó el termómetro. Lo colocó entre sus labios y espero hasta que este pitara para mostrar el resultado.
"40 grados, mierda"
Se sentía adormilado y sabía que manejar a la farmacia o al hospital no sería buena idea, lastimosamente tampoco tenía el número telefónico de Kakashi. Le quedaba Anko. Pero ella seguramente estaría cruda, así que no contestaría.
Una idea algo loca se le pasó por la mente pero era lo mejor sino quería desmayarse por la temperatura.Iruka caminó hacia su escritorio, tomó la carpeta de información personal de sus alumnos hasta que llegó a Haru Uchiha. Los responsables venían adjuntos junto con sus números telefónicos: Obito Uchiha y Rin Uchiha Nohara.
Con toda la vergüenza del mundo marcó el número de Obito que le contestó después de cuatro timbres.
— Amor, contesta— se escuchó un susurro de Rin.
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Luna
FanfictionUn alfa solitario conoce un nuevo aroma que cambiará su vida para siempre.