Iruka salió del hospital con una mezcla de emociones, aún no se le terminaba de bajar el calentón de tener las manos de Kakashi sobre su torso desnudo, se sentía avergonzado por comportarse así, y a su vez estaba feliz porque el alfa se había preocupado por él y sus supresores, además había una pizca de tristeza, ¿el peliplata era muy decente para irse del consultorio y dejarlo con Rin? O simplemente no tenía ningún interés en él.
Suspiró y caminó hasta su casa, qué por fortuna estaba a una distancia media y aprovechó la caminata como distracción. Rin le confirmó que los resultados estarían al día siguiente así que debía volver para recibirlos y que Kakashi los interpretara.
"¿Con qué cara voy a verle después de hoy?" se cuestionó a él mismo.
Iba a disculparse al día siguiente, eso era lo más decente que podía hacer.
Llegó a su hogar y se tiró en el sofá, no quería saber nada, o eso creyó hasta que su estómago emitió un fuerte sonido.A regañadientes se hizo algo de almorzar y después de comer y de dejar la cocina impecable se recostó. Miró su bolso y sacó de el la bolsa negra con los supresores, tomó uno y tras colocar la píldora en sus labios la tragó. Más vale que empezaran a surtir efecto puesto que no quería otro incidente con el alfa.
El resto del día lo ocupó chateando con la suplente que le pasó algunos datos de sus alumnos. Se puso al corriente con sus actividades y planeó su clase para la semana entrante.
Cayó en cuenta que el día siguiente era sábado, ¿a qué hora sería mejor ir al hospital?
"Debería agradecerle con algo" pensó.
No todos los días un alfa te salvaba de ser atacado, te llevaba a tu casa, te daba una consulta médica y además te compraba supresores.
"Podría invitarle a desayunar"
Decidió que esa era la mejor opción. Podrían buscar un café allí cerca y desayunar.
No tenía nada que hacer y una película no sería mala idea. Encendió el televisor y pasó algunos canales, encontró una película romántica y se dispuso a verla.
Aunque jamás en su vida había tenido una relación seria, había salido con un alfa alguna vez que al parecer solo lo quería para acostarse con él porque después de que lo hicieron desapareció. Aún así Iruka era en secreto un romántico, anhelaba que algún día un guapo alfa lo cortejara, lo conquistara y finalmente lo amara para toda su vida. Quería tener cachorros, unos dos quizás. Y envejecer con esa persona con una familia feliz.
A sus veinticinco ni siquiera lograba tener un novio. Eso lo decepcionaba mucho.
Su mejor amiga Ankō Mitarashi, le adjudicaba eso a que el joven profesor nunca salía y dedicaba mucho tiempo a su trabajo. Iruka a veces pensaba que tenía razón, ¿cómo iba a enamorarse sino salía de su rutina?Quizás el destino le tenía planeado algo más.
Después de ponerse melancólico y ver aquella película dramática decidió salir a comer, abrió la puerta de su casa para salir y casi se cae al toparse con aquella beta en su puerta.
— ¿A donde vas sin mí?
— Ankō.
Era viernes, la mujer claramente tenía algo loco en mente y el profesor lo confirmó al ver en su mano una botella de sake.
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Luna
FanfictionUn alfa solitario conoce un nuevo aroma que cambiará su vida para siempre.