╭SAGA INSIEME╮
[🖤]❝Con la visión de Alice Cullen, Chiara se ve obligada a tomar una decisión para no arriesgar a su familia ni la familia de su novio.❞
❝La pelinegra toma la decisión de convertirse en vampiro después de ir a la...
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Chiara mantiene sus ojos cerrados con sus lentes de sol puestos, disfruta de la sensación de los rayos del sol sobre su cuerpo, la calidez de estos, hasta que escuchó como alguien se acercaba a ella.
—Chiara —la mencionada abre los ojos y se encuentra con su padre—. ¿No crees que debemos de hablar?
La pelinegra le da una media sonrisa a su padre antes de acomodarse en su camastro y volver a cerrar sus ojos.
—Papá, ya habíamos habla cuando llegamos —le recuerda la chica tras rendirse y poner sus lentes de sol sobre su cabeza.
Se sienta en la orilla del camastro para mirar con atención a su padre que se mantenía enfrente de ella.
—Agradezco que no me hayas ido a buscar y te agradezco que no nos hayas desamparado, pero... —las palabras de Chiara se vieron interrumpidas porque su padre comenzó a hablar.
—Hija, desde que tu madre nos abandonó, he tenido miedo de que tú llegues a hacerlo al igual que ella —el hombre le confiesa y se sienta enfrente de ella para tomar sus manos.
—En algún momento tendría que hacerlo —le explica la pelinegra—. Siempre quise estudiar y conocer nuevos países, en algún momento tendría que crecer, papá.
El hombre suelta un corto suspiro y baja la mirada antes de asentir lentamente.
—Supongo que desde hace muchos años dejaste de ser mi princesa consentida —responde el mayor con una pequeña sonrisa nostálgica en su rostro.
Chiara sonríe enternecida y dirige una de sus manos hacia la mejilla de su padre para poder acariciar su mejilla.
—Siempre seré tu hija, papá, no importa en donde me encuentre —le asegura la pelinegra—. Siempre lo seré y contarás conmigo para lo que sea, al igual que Alec, aunque no quiera admitirlo en voz alta.
El Señor Di Angelis le da una media sonrisa a su hija menor y asiente lentamente.
—Tengo que hablar con tu hermano, necesitamos aclarar varias cosas antes de que se vaya a la Universidad —confiesa el hombre en voz alta.
—Igual tienen mucho que perdonar —recuerda Chiara, consiguiendo que los dos se quedaran callados unos cuantos segundos—. Voy a extrañar broncearme.
La chica susurra esas últimas palabras sin darse cuenta de que su padre podía escucharla.
—Las Universidades aquí en Florencia son más soleadas —le recuerda el mayor, consiguiendo que esta sonriera un poco antes de que regresara a verlo.
—Papá, ya apliqué para la Universidad de Los Ángeles y de Seattle —el mencionado hace una pequeña mueca con sus labios, pero asintió.
—Si vas a una de esas Universidades, jamás te voy a ver —recuerda el mayor, viendo como su hija le sonrió unos cuantos segundos antes de que volviera a ponerse sus lentes de sol.