╭SAGA INSIEME╮
[🖤]❝Con la visión de Alice Cullen, Chiara se ve obligada a tomar una decisión para no arriesgar a su familia ni la familia de su novio.❞
❝La pelinegra toma la decisión de convertirse en vampiro después de ir a la...
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—Ya no estoy tan seguro de esto, amore —admite Edward tras negar y conseguir que su prometida comenzara a reír.
—Tú dijiste que querías pedirle formalmente mi mano a mi papá, ahora él está aquí y nos está esperando —se burla Chiara antes de darse la vuelta y comenzar a caminar hacia la puerta principal de su casa.
—Amore... —intenta quejarse el castaño, pero su futura esposa negó antes de que lo tomara de la mano para dejarlo a su lado.
—Nada de eso, además, todavía tenemos que decir a tu familia —recuerda ella y entrelaza una de sus manos con la del contrario—. No va a pasar nada malo, y te recuerdo, que ya tenemos el plan de fugarnos para poder casarnos a escondidas si mi papá no te aprueba.
Chiara sube su mano libre a la mejilla de Edward para dejar una delicada caricia que lo hizo sonreír, el castaño se inclina para dejar un corto beso en los labios de su amada.
—¿Chiara? —pregunta el Señor Di Angelis al escuchar como alguien entró a la casa.
Sin soltar sus manos, la pareja de enamorados caminó hacia la sala en donde se encontraba el padre de Chiara.
—Hola —saluda ella con una radiante sonrisa en su rostro.
El mayor se acerca a ella para abrazarla con emoción, Chiara le corresponde el abrazo sin dejar de sonreír, hasta que este se alejó para mirar al novio de su hija.
—Un placer volver a verte, Edward —lo saluda el Señor Di Angelis y ve como este le sonrió con amabilidad antes de que los dos estrecharan sus manos—. ¿A qué se debe tu amable visita?
Sonriendo, Chiara hace que su prometido se siente en el sofá de dos plazas y ella toma lugar en el regazo de este.
—Quería agradecerle que en su momento aceptó la relación que tengo con Chiara —comienza a hablar Edward y ve como su suegro sonrió esperando a que siguiera hablando—. Pero ahora quería pedirle algo que tiene que ver con ella.
El hombre frunce el ceño confundido por esas palabras, Chiara siente como su chico se tensó por los nervios, así que no dudó en tomar sus manos para intentar tranquilizarlo.
—¿Es algo malo? —pregunta el Señor Di Angelis con desconfianza, viendo como su hija negó con velocidad.
—No, papá —niega la joven con una radiante sonrisa en su rostro—. De hecho, es algo maravilloso.
Tras mirarse unos cuantos segundos fijamente, la joven pareja regresó su mirada hacia el Señor Di Angelis que esperaba pacientemente.
—Quería pedirle su consentimiento para poder casarme con su hija —termina por decir Edward con seguridad.
