Capítulo 12.

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Pov Horacio

Volkov se bajó de encima mío y se acostó a mí lado rendido, ambos sudados y suspirando, nos quedamos un momento en silencio tan sólo esperando que se regularizaran nuestras respiraciones agitadas.

Besé su mejilla y no tardé nada en abrazarme a él, todavía veía su pecho subir y bajar recuperando el aire.

Deslicé suavemente mis dedos por su torso, siguiendo las formas de las cicatrices que él tenía, que sólo lo volvían más sexy.

- Tú rompiste las reglas al final - dije rompiendo el silencio.

Lo escuché soltar un suspiro.

- …Así es -

- Volkov - le llamé, y me incorporé sólo un poco para poder verlo a la cara.

- Dime - me miró curioso.

- ¿Puedo enamorarme de ti? - le solté sin vacilación alguna.

Lo vi sonrojarse un poco y desviar la mirada.

- ¿A qué te refieres? - preguntó evitando mirarme.

- Es decir... Tú me gustas, eso ya lo sabes, ¿Yo te gusto? -

- Pues, sí… - aunque me respondió, seguía sin mirarme.

- Entonces… ¿Puedo enamorarme de ti? Porque ya lo estoy haciendo, pero… si no te sintieras igual conmigo, bueno. Estaríamos estancados, ¿Sabes? -

- No entiendo muy bien a qué te refieres, Horacio - ahora me miró confundido.

- Vale. Como estamos ahora me gusta, pero… igual me gustaría ir más allá contigo, salir… ser novios, tener algo serio - cuando terminé de hablar lo vi poner la cara más rara que había hecho nunca.

- Creí que ya éramos pareja - comentó, y llevó su mano a arreglar un poco mi pelo.

- No hemos hablado de ser novios -

- ¿Cuál es la diferencia? -

- ¿No quieres ser mi novio? -

- No dije eso -

- … -

- … -

- ¿Entonces sí quieres ser mi novio? -

- … vale -

- No, quiero que tú me lo pidas - lo miré atento.

- …Bien. ¿Quieres- lo interrumpí.

- No, así no, aquí no. Es muy cutre - me incorporé y busqué por el piso mi pantalón, cuando di con él me lo puse y me fui hacia la cocina.

Me serví un vaso con agua y me apoyé en la mesada mientras bebía despacio y pensaba un poco.

Al rato Volkov apareció caminando lentamente y se acercó a mí.
Agarró mi vaso de agua y lo dejó a un lado.

Miré hacia un costado.

Tomó mi rostro con ambas manos y me hizo mirarlo.

- Lo único que sé es que quiero estar contigo, no me molesta etiquetar lo nuestro. Lo haremos a tu manera, ¿Vale?…Te... quiero- me sonrió aún con su sonrojo proveniente de decir aquello.

Y yo sentí mi corazón derretirse. Joder. En ese mismo momento mis latidos tomaron un ritmo más acelerado que nunca.
Mi pecho se llenó de calidez y cariño.

No es ni necesario decir que le sonreí como idiota y lo miré embobado por lo perfecto que se me hizo ese preciso momento.

- Te quiero - le respondí, sentí que debía devolverle el sentimiento.

Yo, sinceramente... [ Volkacio ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora