Capítulo 17.

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Pov Gustabo

Junto a Conway llegamos al vehículo blindado en el cual nos abastecimos de armas y municiones, quería restarle importancia pero de vez en cuando miraba la apariencia del superintendente. Él se mantenía firme y centrado aunque estaba golpeado y tenía sangre por varias partes de su cuerpo.

Cuando volteé ví cómo a Horacio le daban un golpe contundente en la cabeza, sentí que el razonamiento se iba de mí.
Comencé a disparar a esos tipos y a acercarme sin esperar a Conway.
Ví a Volkov en el suelo cerca de Horacio, ninguno de los dos se movía.

Iba a lanzarme hacia ellos cuando el superintendente de puso delante mía, me empujó detrás de una columna y en eso un tío que yo no había visto le disparó directo en el pecho.
Lo sujeté con fuerza por la espalda y él aún con fuerzas levantó su arma y abatió aquel sujeto.

- ¡Joder, Super! - grité aún sosteniéndolo.

- Tranquilo, princesa. Tengo chaleco - respondió tratando de sonar firme, su voz igual sonó adolorida por la bala.

Suspiré aliviado pero aún estaba muy alterado.

Me armé de cojones y salí de cubierto para correr por Horacio, pero Conway me detuvo.
Lo miré con el ceño fruncido.

- Ya llegaron, Gustabo - me explicó.

Hizo una seña con la mano y al momento se adentraron en la sede varios patrullas policiales.
Se bajaron numerosos agentes del CNP y abrieron fuego hacia los tipos de la mafia restantes. Los refuerzos habían llegado.
Greco iba enfrente liderando a todos. Conway y yo nos unimos a ellos y avanzamos terminando de despejar aquella zona de la sede.
Ellos continuaron, yo corrí a auxiliar a mi hermano.

- ¡Horacio! - grité, pero no reaccionaba.

Su cabeza sangraba al igual que su pierna, todo era rojo. Estaba perdiendo mucha sangre. Veía a mi hermano desangrarse en mis brazos… tenía que salvarlo. No iba a dejarlo ir.

A un costado ví a Conway muy preocupado auxiliando a Volkov.

- ¡Vamos, Super! - le grité levantando a Horacio en brazos.

Pov Horacio.

Una luz muy brillante hacía que mis ojos no quisieran abrirse. Joder, me costó mucho ir abriéndolos de a poco.
Me removí un poco en esa cama. Sentía todo frío a mi alrededor, no me sentía nada cómodo.
Sentí presión en una mano, alguien la sostenía.
Sentí todo de repente. El dolor intenso de mi cuerpo, mi cabeza dolía muchísimo y mi pierna aún más.

- Joder - me quejé terminando de abrir los ojos por fin y notando que estaba en el hospital.

- ¿Horacio? - escuché una voz conocida.

- … Gustabo, joder - apreté un poco su mano.

- Qué susto me diste, cabrón - me miró con preocupación.

- Gustabo... ¿Qué pasó? - le pregunté aún asimilando todo.

- Te partieron la cabeza. No creí que se pudiera - se rió y me contagió un poco la risa.

De a poco todas las escenas de lo que había pasado llegaron a mi mente. Me golpearon la cabeza más fuerte de lo que querría.

- ¡Joder! - grité exaltado mirando a mi alrededor.

- Tranquilo, Horacio, ya pasó - Gustabo sujetó mis hombros para que no me levantara.

- Volkov, ¿Volkov? ¿Dónde está? - le pregunté ya eufórico.

La imagen del Comisario caer delante mía se repetía en mis recuerdos una y otra vez.

- Horacio…- lo ví mirar al suelo.

Yo, sinceramente... [ Volkacio ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora