Capitulo 61

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Juliana POV

Mi corazón latía fuerte en mi pecho mientras Valentina intentaba calmarme y arrastrarme de nuevo hacia la sala... Pero yo me incliné aún más y, con algo de torpeza, entré al escondite que Mariana y yo compartíamos como nuestro lugar secreto. Una vez dentro podías ponerte de pie sin ningún problema, era grande y espacioso. Miré alrededor y vi las frazadas en el suelo, en una esquina había un pequeño estante con comida y noté que la envoltura de un chocolate estaba en el suelo. Mi mirada viajaba por el lugar y las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos nuevamente. Sentí los brazos de Valentina rodearme y escondí mi rostro en el espacio libre de su cuello.

- Tranquila mi amor... Las vamos a encontrar, te lo prometo.

Un sollozo se escapó de mis labios y el miedo se apoderó otra vez de mi cuerpo, desplazando la esperanza que había creado por un segundo.

- ¿July? – escuché una vocecita.

De golpe, miré a donde venía la voz, detrás del estante de libros, el rostro de mi hermanita se asomaba por la esquina. Sin pensarlo dos veces me impulse hacia ella, abrazándola contra mi cuerpo.

- Me estas ahogando, July.

Yo sonreí pero la solté y, agachándome a su altura, acaricié sus mejillas. Volteé a mirar a Valentina y ella buscaba más con sus ojos azules.

- Vale... Oli está dormida. – le dijo mi hermana a Valentina al ver su preocupación.

Sonreí y comencé a llorar, volviendo a abrazar a mi pequeña hermana. Valentina se unió a mí y nos abrazó a ambas.

Mariana se salió de nuestro agarre y dio unos pasos hacia atrás, debajo de la frazada, estaba Oli boca abajo plácidamente dormida, como si nada hubiese ocurrido. Valentina se recostó junto a ella y comenzó a acariciar su pequeña espalda mientras besaba su pelo. La escuché llorar sobre nuestra bebé, creo que de felicidad. El miedo se había ido y ellas estaban ahí. Valentina lloraba y Oli se despertó... movió su rostro para mirar quien le ponía peso encima, sonreí al ver su rostro de confusión, pero rápidamente cambió.

- ¡Mamá!

Sonreí y solté un gran sollozo, pero esta vez era de alegría.

- Hola pequeña... –susurró Valentina.

- Estoy enamorada - pensé.

¿Ya se fueron los malos? – La voz de Mariana sonaba con tanto miedo que podía llegar a romperte el corazón. Yo asentí y la abracé.

- Nadie te hará daño... Jamás. Vamos abajo, todos están esperándote.

- Vamos..

Yo tomé la mano de Mariana y Valentina cargó a Oli, yo le di un beso en la mejilla a mi bebé y ella tomó uno de mis dedos entre su manita. Bajamos las escaleras así y todos nos miraban sin poder creerlo. La primera en lanzarse sobre Mariana fue mi mamá.

- ¿Puedo cargarla? - le pregunté a Valentina.

- Claro que sí, mi amor. No debes preguntarme eso.

Sin más, Oli estuvo entre mis brazos.

- Mami...

- Hola, mi cielo.

Las lágrimas corrían por mis mejillas pero eran de alivio. Y me sentí completa cuando sentí que Valentina nos envolvía entre sus brazos.

- Las amo tanto. - susurró.

Kilometraje  (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora