Amor de niños|| Hero Fiennes Tiffin & Josephine Langford

Capítulo 30

—¿Un viaje después del baile? Claro, que lo haga cuando Katherine ya se ha graduado —exclama mi hermana molesta.

Mamá se ríe al escuchar a mi hermana. Kate se encuentra a mi lado mientras esperamos una respuesta por parte de mi madre.

Le hemos pedido permiso para ir a comprar nuestros vestidos, al ser un baile por el aniversario de la escuela siempre se ha pedido ir de gala y como ese tipo de vestidos no son los que se encuentran en nuestro armario, hemos decidido ir a comprarlos, y a que mamá me de dinero para hacerlo, me he gastado todos mis ahorros. Je.

Mamá vuelve a posar sus ojos en nosotras, ambas sonreímos esperando por una respuesta.

—De acuerdo, pero me pagarás lo que te gastes —me indica mi madre y asiento en repetidas ocasiones.

Kate suelta un chillido de felicidad y toma mi mano para ambas salir de la casa con rapidez. Nos dirigimos a la parada de autobús más cercana y esperamos a que llegue.

—¿Ya tienes una idea como lo querrás? —pregunta Kate.

—No, esperaré a verlos —respondo.

Cinco minutos más tarde el autobús llega y nos subimos a este para llegar al centro comercial. Durante todo el camino Kate se la pasó diciendo los estilos que había escogido para no demorarse mucho a la hora de escoger, pero dado que la conozco como la palma de mi mano estoy 100% segura de que cuando estemos en la tienda olvidará por completo lo que ya tenía en mente.

Media hora después ya nos encontramos entrando y saliendo de diversas tiendas de ropa, hemos entrado a unas tres y en ninguna de esas logramos encontrar un vestido que nos llamara la atención. Finalmente entramos a una tienda y Kate ha escogido unos vestidos para probárselos.

—Sigue buscando, me probaré estos —alza los vestidos para mostrármelos y se adentra a los probadores.

Suelto un bufido mientras me aproximo a la sección de vestidos de gala. Paso mi mano por la tela de cada uno de mis vestidos, en ocasiones descuelgo un vestido, pero hasta ahora ninguno ha llamado mi atención.

—¿Qué tal? —pregunta mi amiga una vez que ha salido del probador.

Es un vestido de tirantes en color rojo, tiene un corte en una de las piernas lo cual la hace ver sexy, es simplemente hermoso y está de más decir que le sienta demasiado bien. Sonrío ampliamente mientras asiento.

—Me encanta —respondo.

—Este será —dice con entusiasmo mientras vuelve a entrar al probador.

Espero unos minutos hasta que finalmente sale con el vestido en un brazo y los demás en el otro. Ella al verme sentada en uno de los pequeños sofás con el celular en mano exclama.

—¿Pero que haces? ¿Dónde está tu vestido? —mira por todos lados en busca de una cosa inexistente.

—No me ha gustado ninguno —me limito a responder.

Kate niega con la cabeza mientras se acerca a mí.

—Después de pagar esto iremos a las demás tiendas y no nos iremos a casa hasta que no tengas tu vestido ¿entiendes? —indica y lo único que hago es asentir. Sería en vano decir otra cosa.

Recorremos dos tiendas más hasta que en la tercer tienda vimos un vestido que nos encantó a ambas. Es un vestido color lila, las mangas son de hombro caído y tiene decoraciones en la parte de arriba del vestido, es ajustado hasta la cintura y lo demás es suelto. Definitivamente me llevaré este.

Entro a uno de los probadores y mientras descuelgo el vestido y me preparo para ponérmelo, ruego por que sea de mi talla, sería un fuerte golpe a mi autoestima al ver que esta maravilla no me entra.