XI

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Sábado, 19 de enero.

Hace ya casi un mes que el invierno atrapó a Seúl. Finas capas de escarcha cubren los suelos de prácticamente toda la ciudad, dándole un toque encantador a la aglomerada zona. Como ya forma parte de mi rutina de fin de semana observo el parque a la espera de que Sehun y Vivi aparezcan. Para estas alturas el sr. Lu es completamente consciente de las notas que hago en mi cuaderno cada sábado, sin embargo aún no le he permitido leer ni siquiera una de ellas.

La confianza entre ese atractivo pelinegro y yo ha ido floreciendo a medida que nuestros encuentros han aumentado. Por ahora sólo le veo en el parque durante el atardecer de cada sábado, y no quiero sonar cursi pero que Sehun cada fin de semana me dedique una sonrisa mientras me cuenta qué tal ha sido su semana automáticamente hace que mi humor llegue a la nubes y que mis días terminen de la mejor manera.

Hoy no puede ser la excepción dado que lo he visto llegar hace diez minutos, por la seña que me hizo entendí que fue a dar una vuelta con Vivi. Siempre es así. Pareciera que ahora que sabe lo de mi escritura intenta darme un tiempo para no interrumpir mi inspiración. Pero lo que el sr. Lu aún no ha comprendido es que la inspiración me llega gracias a él. No me gusta mentir, y no lo hago si digo que a partir de que empecé a observarlo me inventé un sinfín de personajes basados en su personalidad para futuros proyectos que tengo en mente.

Así como los minutos que me otorga apenas aparece por el parque Sehun suele despedirse primero porque sabe que me gusta quedarme a terminar mis anotaciones. Según sus palabras esta idea ya no le agrada del todo, pues al ser invierno anochece más temprano, las calles se vuelven oscuras y solitarias, el viento azota con más brusquedad y a pesar de que mi departamento se encuentra cerca la ubicación no es de las más seguras.

La solución más coherente que su mente ha podido encontrar es intercambiar contactos para estar al pendiente en caso de algún inconveniente.

El sr. Lu me ha pedido que no me quede hasta tan tarde y que le avise una vez haya llegado a casa. Últimamente él se ha vuelto muy amable conmigo.

Han, 2013.

The observer || HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora