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Sábado, 9 de agosto.

En un principio la idea de conseguir este cuaderno para anotar sucesos que fueran mi fuente de inspiración me pareció brillante, pero es preciso decir que con el paso de las semanas la intención original fue cambiando.

Casi sin darme cuenta mi objetivo comenzó a ser otro, ya no se trataba de documentar lo que veía diariamente, esas acciones simples y rutinarias de las personas que me servían para crear personajes con naturalidad. Pronto mi único fin fue describir a ese apuesto sujeto que me tenía tan intrigado y algunas veces, realmente más de las que me gustaría admitir, me centré en tratar de descifrar a ese ser tan atrayente.

Así, simplemente pasé a detallar, casi en su totalidad, en una sola persona. Pero luego hubo otro cambio, y fue cuando lo conocí.

Conocí a ese asombroso hombre que no pudo desprestigiar a la mágica imagen que yo me había creado. Era casi perfecto, todo en él me deslumbraba. Fue fácil caer rendido a sus pies, me enamoré sin penas ni culpas a una velocidad desesperante. Todavía me cuesta entender qué vio en mí para que lograra quererme o si es que acaso hice algo que lo cautivó.

Siempre dicen que enamorarse es lo más bello que a uno puede pasarle, y no es algo que pueda negar. Vivir en carne propia el romance es una experiencia indescriptible, tus alas crecen fuertes y grandes con la intención de llevarte a un paraíso en el que quisieras existir por siempre.

El único problema es que tus alas pueden ser cortadas.

No sabes cuándo, cómo ni porqué. Sólo sucede, y la caída es atroz. Esa desgracia me ha llegado, he caído del cielo por el que volaba y estoy pisando la tierra, viéndola con ese tono apagado que caracteriza a la realidad, desde hace ya un mes.

Pensé que podría soportarlo, retomar la idea que tuve hace dos años no parecía mal plan. Pero no puedo, no soy capaz. No cuando volviendo unas cuantas hojas está el relato que hizo un chico pensando en corazones, no cuando cada palabra que leo me recuerda que ya no hay más encuentros con Sehun en el parque los sábados. He intentado seguir con mi rutina de antes de conocerlo, pero venir a este parque y sentarme en esta banca ya me es algo automático y a la vez muy doloroso.

Mi objeto de inspiración se ha ido. Sehun no está más a mi lado. Tal vez lo he descuidado, tal vez cometí errores, tal vez simplemente es lo que merezco.

He decidido tomar el trabajo de la editorial china, porque necesito intentar centrarme en otra cosa si no quiero perder la cabeza. Al menos veré a mis padres, ese es el lado positivo.

Esta es probablemente mi última nota, voy a detenerme aquí. Tal vez algún día regrese a Seúl, o tal vez no lo haga. Lo único certero es que Sehun es el mejor recuerdo que mantengo aquí.

Han, 2014.



Fin.



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¿Qué te parece el final? ¿Ha sido muy abrupto?

Este es el final de una historia bastante improvisada, ojalá hayas disfrutado aunque sea algunas partes. Planeo subir el epílogo en unos cuantos días.

Muchas gracias por tu lectura, de verdad es muy valiosa. ♡

The observer || HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora