•||Capitulo #22||•

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La pareja ya había pasado una semana viviendo junta, ambos se encontraban muy felices.

—Me encanta que estes aquí conmigo... —Hablo el alfa poniendo su nariz en la marca recien echa por el en su omega.

—A mi también —Andrew se dejo atraer por Louis —Adoro cada momento que paso contigo...

Hace media hora había salido el sol, asi que aun era muy temprano como para levantarse de la cama.

—¿Me cuentas un cuento? Cualquiera que te hayan contado a ti... —Pidio el omega dándose la vuelta para ver los ojos de su alfa.

—¿Porque? —Pregunto el alfa.

—No se, solo me gustan los cuentos...

—Puedo contarte algo que paso hace muchos años...

—Si, porfavor cuéntame...

—No se si te va gustar —Dijo Louis frunciendo el ceño.

—Porfavor... —Suplico Andrew.

—Esta bien...

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Hace mucho tiempo existió una pareja adorada por todos aquellos que los veían. Ellos inspiraron a la paz, amor, valentía y sacrificio por otros.

—¿Que tanto haces ahi amor?... —Dijo el omega saliendo de la carpa en donde habían dormido.

—Preparaba el desayuno... —Trajo agua de hierbas calientes en dos tazones de madera echos por el —Y compre algo de pan cuando veníamos por el pueblo ayer...

—Se ve rico... —El omega se acerco para besar a su alfa y recibir el desayuno.

—Quisiera darte cosas mejores que estas... —Hablo el alfa con vergüenza.

—No importa cariño, lo importante es estar juntos... —Termino de comer el pan duro.

—Gracias... —Agradeció el alfa mientras veía su marca en el cuello del omega.

La mayoría de personas se alegraban cada vez que veía pasar a la pareja por sus pueblos, decían que era de buena suerte, que traían fortuna a todos... Menos a ellos mismos...

—Tonto —Dijo el omega al ver la gran herida que el alfa se había echo —No debiste subir a ese árbol...

—Es que encontré esos frutos que tanto te gustaban y quería traerlos... —Dijo el alfa con total sinceridad.

—Ten cuidado... Si te hubieras golpeado la cabeza estarías muerto... —El omega empezó a llorar al imaginarse lo que hubiese pasado.

—Cariño estoy bien... Perdón por preocuparte...

—Si tu llegarás a morir... Yo me moriría de tristeza...

—No digas eso cariño —Ya con la herida sana, el alfa cargo a su omega como si fuera una princesa —Dejemos de pensar en eso, recuerda que tenemos que ir a otro pueblo para conseguir provisiones

—Esta bien —Contesto el omega limpiándose las lágrimas, y el alfa lo bajo con cuidado —Vamos...

Al llegar al primer pueblo hubo una pequeña fiesta donde le festejaron a la pareja. Estos en agradecimiento usaron su poder de pareja para esparcir amor y paz a todos.

—Adoro nuestro poder —Dijo el omega con los brazos en el cuello de su alfa, mientras se movían de un lado a otro bailando al compás de la música que había en sus mentes.

¥Omega¥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora