13 de Agosto

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No se trata de si vale o no la pena morir por algo, sino de si vale la pena vivir por ello. Mis paredes blancas y mis sentimientos grises opinan que no. Nada es lo suficientemente bueno como para hacer parecer a la vida llevadera, y nada vale el sacrificio. Mi corazón está cansado de contar los días, cada uno igual al anterior, con la misma sensación de que a mi pecho le falta algo, con el calor de mis lágrimas recorriendo mis mejillas, con el dolor de mis pulmones respirando. Me duele vivir. El cielo me privó de su belleza hace ya mucho tiempo, mi ventana está cerrada igual que mi alma, y los colores se apagan con la noche. Nada tiene sentido, y yo no tengo nada. Y la vida se hace más difícil a cada segundo, se vuelve más costosa y caprichosa, y mi frágil voluntad no puede hacer nada para cambiarlo. Porque nada importa y nada vale la pena, y al final la vida mata y el sol quema, y el mundo es hambriento y codicioso, y las palabras nadie las escucha, y las gaviotas no hacen visitas, y nadie recuerda los nombres de las personas que amó. Pero a nadie le interesa. Entonces la felicidad es costosa y la alegría es efímera, y las cosas buenas se mueren y las malas se inmortalizan, y las fotos se queman en los incendios, y las memorias se las lleva la muerte. Tengo ganas de morir. De despertar con los ojos cerrados en un mundo más oscuro, y de olvidar a todos los que no quisieron recordarme. Tendré la eternidad para lamentar que no morí de risa ni de amor, y mi vida llorará sobre mi tumba, porque nadie más lo hará. No seré enterrada con mi sabiduría ni con mi dinero, ni con ninguna otra de las cosas que nunca tuve, y no se detendrá el mundo de nadie y a nadie le romperé el corazón. Entonces será demasiado tarde, y voy a saber que nunca valió la pena. Hoy lo único que quiero es morir.

*** *** *** ***

En aquel momento, estaba inexplicablemente feliz.

Estaba sonriendo ampliamente la primera vez que vi a Lena ese día, y era casi como si fuera la primera vez que la veía.

Siéntate derecha.

—Feliz último día —me dijo.

—¿Por qué último día?

—Porque nos graduamos.

—¿Por qué nos graduamos en Agosto? —pregunté— Y en Noveno.

—Porque podemos.

¿Por qué esa Coca-Cola se desrriega sola?

Como no me gusta no hacerlo, le creí. Nos dirigimos al salón de Dibujo, con un par de libros y escuadras en las manos, para tener nuestra clase. La última clase de Dibujo que tendríamos.

¿Qué tal Luna Llena?

Antes de que llegáramos, Lu y Aria aparecieron de la nada con sonrisas anormalmente grandes en sus rostros.

Es una especie de... juego. Se llama Back Off.

—¿Y cómo es eso de que te encontraste a Fanny Lu en el centro comercial? —le preguntó Lu a Lena.

—Es que ella me ama —respondió Lena—, y fue justamente a ese centro comercial para que yo la encontrara.

—Y ahora te llamas Lena Lu —dije.

A Ashley... no le gusta el pastel.

—Muérete.

—Oigan —dijo Aria—, no les parece raro que nuestra Lu se llame igual que Fanny Lu.

—No se llaman igual —dije—. Ella es Fanny... Lucía o algo así. Y Lu es Lucy y... es diferente.

—Deberíamos caminar —nos recordó Lena—. Vamos a tener un retraso.

¡Un taurofidio!

Aria y Lu comenzaron a reír a carcajadas.

—Es retardo —dije, aclarándole a Lena por qué se burlaban de ella.

Cuatro ParedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora