🍷MI FRÍA BEBIDA🍷

CAPÍTULO VIII

El patio estaba adornado con listones blancos y una gran carpa que cubria todo un espacio grande incluyendo el jardín, había mucho personal que ayudaba a poner las mesas, cubiertos, manteles, flores y demás.

Afrodita fue la persona que independientemente quizo ayudar con la decoración del lugar, las más bellas flores estaban en mesas que hacían embellecer el lugar.
Él estaba ya vestido con una camisa rosa claro y sus jeans blancos que hacían lucir su hermosa figura, su cabello bien cepillado y brillante que se hacía lucir.

Todo ya estaba arreglado, solo faltaban los invitados y los novios.

Mu y su acompañante Aldebarán habían llegado temprano a la celebración, rato después llegó Aioria y Saga junto a Kanon, claro vestidos elegantemente robando miradas de algunas chicas invitadas y claro no faltaron los celos.

Shura también había llegado y a la primera persona que vio fue a su novio Afrodita le robó un beso rápido y se fueron a tomar sus lugares.

El padre ya había llegado, la mayoría de los invitados había llegado y todo estaba listo.

Kardia fue el primero en salir, saludo a algunos conocidos y se colocó en el pequeño altar que estaba en el jardín, sus nervios estaba a flote, no podía dejar de mover las manos pero se tranquilizó y respiro profundamente, para así poder recibir a Degel, y ahí estaba Milo acompañándolo.

Al escuchar las tocadas del piano los invitados se levantaron y sus miradas se dirigieron a esa hermosa persona que estaba caminado junto a su hijo, su traje blanco brillando, esos zapatos relucientes y su cabello que hacia juego con su traje, sus lentes no los traía y sus ojos se podían ver aún más claros.

Kardia estaba sorprendido y alegre, pues si todos los días Degel estaba guapo, este día lo estaba más.
Degel se posiciono aun lado de Kardia y así como estaba este se quedó, pues su traje blanco completo con una pequeña rosa roja al lado y sus ojos profundos hizo que el peli-verde deseara más a su escorpión.

Se tomaron de las manos y escucharon las palabras del sacerdote que estaba frente a ellos.

Milo y Camus estaban juntos en ese momento y sonreían al ver a sus padres cumplir un sueño que tal vez ellos cumplan algún día.

Ya era hora de decir los votos matrimoniales y el peli-azul estaba listo.

Kardia: Degel Aquarium, fue un día como este cuando nos conocimos, al principio no nos hablábamos, pero nos fuimos conociendo más y nos volvimos los mejores amigos, contándote anécdotas y compartiendo momentos juntos, pero no se en que momento mi corazón empezó a latir de otra forma cuando estaba a tu lado, ya no te vía con ojos de amistad, te veía con ojos de amor y agradezco a Zeus por este momento que estamos juntando nuestras vidas.

Degel: —sonrio enternecido y continuo– Kardia Antares, conocerte, hablarte y amarte fue una de las cosas más maravillosas de mi vida, y no me cansaré de decirlo, agradezco que me hayas permitido entrar a tu familia, conocer a tu hijo, no puedo prometerte que seré el mejor esposo del mundo, pero me esforzaré cada día de mi vida para hacerte feliz

Ambos sonrieron y el sacerdote prosiguió, se colocaron los anillos, el lazo las arras y todo lo demás, hasta que la pregunta esperada apareció.

– Degel Aquarium, ¿Aceptas a Kardia Antares como tú legítimo esposo?

Degel: –sonrio– Acepto

– Kardia Antares, ¿Aceptas a Degel Aquarium como tú legítimo esposo?

Kardia: Acepto

–En el nombre de Dios los declaro esposos en sagrado matrimonio, puede besar al novio